Obligación moral de escribirles.- Diego
Fecha Wednesday, 25 August 2004
Tema 140. Sobre esta web


A las muy buenas tardes:

Se presenta a ustedes un humilde internauta, que, tras caer accidentalmente en su página web, no ha podido evitara callar la obligación moral de escribirles y darles mi opinión personal de lo tristemente confundido que se encuentran las personas que malgastáis el talento en rellenar esta página web.

Mi condición de persona NO MIEMBRA ni afín al Opus Dei, me posicionan como opinión neutra y parcial.

Desconozco cuales han sido sus tan lamentadas "malas experiencias", y por ello no voy a meterme en discusiones de si tienen o no tienen razón en algunos de las aventuras narradas en su web. La verdad es que ni lo sé, ni me importa.

Tan sólo quería brindarles la oportunidad de que lean algunos de los millones de sentimientos de gratitud que el Opus Dei levanta entre miembros, asociados, colaboradores , amigos o simples Católicos de la gran familia de la Iglesia.

Y es que tras haber estudiado en un colegio del "Opus", y tras haber conocido intensamente a algunos de sus miembros, sólo pueden salir de mi boca palabras de gratitud y ánimo en la perseverancia a todos ellos. Ante ustedes debo ser un bicho raro porque, nada de lo que cuentan en sus páginas se ha visto reflejado en mi trato con ellos. O mejor dicho, nada de lo que es comprensible en un mundo habitado por seres humanos, supere la comprensión normal de una persona no contaminada por recelos, odios y envidias propias de personas deseosas de destruir antes que de edificar.

Y es que es normal y humano, que en una "organización" tan grande y edificadora como es la Obra, existan algunos puntos negros propios de las personas HUMANAS que las componen, pero que en absoluto enturbian la gran honestidad de sus acciones, la moralidad de su doctrina, y ni mucho menos, el gran beneficio y aportación a la humanidad y al mundo cristiano.

Soy un Católico de a pie, con buenos amigos dentro de la Obra. Bajo esta condición me entristece que existan personas como ustedes que se dediquen a desanimar y confundir a miembros de la Obra que tanto bien nos hacen a muchísimos. Y es que, aunque usted no se lo crean, hay personas que recibimos de esta gente, el mejor de los REGALOS que se pueden recibir en la tierra. Con el ánimo de que dejen en paz a esta buena gente, les emplazo a que se dediquen a montar una página web sobre la cría de elefantes en Mongolia, que es un tema de mucho más interés para mucha más gente. Si no les gusta ese tópico, pueden escribir sobre la producción de resina de los abetos de Canadá, que también es un tema que requiere de heroicos eruditos.

Me imagino que ustedes no se considerarán Católicos, pues, de ser así, sí tendría cojones el tema. Pasarían a ser lo tios más desorientados del mundo, o mejor dicho, de la historia del Catolicismo (aladito de Judas). Y es que, mostraría un grandísimo egoísmo por su parte, creedores de conocer el correcto camino para todo lector que se preste a leer su paginitas. Permítanme que les diga que como católicos, NO TIENEN NI PUTA IDEA (y perdón por la expresión) de lo que deben hacer la personas que están dentro, que quieren entrar o quieren salir, y ustedes no son NADIE, digo NADIE para dar consejitos al personal, de que es lo que deben o no deben hacer.

Si efectivamente se consideran Católicos, debería acojonarles mucho la idea de estar promoviendo en una web, un ataque contra una parte importante de la Iglesia. Sería tan estúpido como promover que la infantería atacase a la caballería del mismo ejercito. (¿no sería mejor gastar las fuerzas y el talento en atacar directamente al enemigo?) Si no te gusta, pues ya está, te piras, y les dejas en paz. Pero por favor, no promuevan el mal sobre personas que nos ayudan.

Hay otros muchos que les necesitamos,

Y le digo una cosita que puede les desanime un poquitito: Por mucho que escriban y escriban días y noches, noches y días, meses y años, sin descanso alguno, siempre serán, sus contadas "malas experiencias",un número insignificante ante el grandioso número de gratitudes repartidas por todo el planeta, de apoyo y ánimo hacia la Obra.

Me quiero despedir lamentándolo mucho por todos ustedes. Sí, dan pena. Con la de cosas bonitas que hay por hacer, ustedes se dedican a una obra tan lamentable y llena de odio y de rencor. Animarles a que lo superen y aprendan a vivir. Si les digo la verdad, sospecho que no es culpa de la cazuela, sino de la sopa. Y es que donde no hay, no se puede sacar.

Lamento ver como la gran mayoría de sus acusaciones son propias de personas desorientadas que buscan en vano el reconocimiento, vía medallas o diplomas o acciones de Telefónica, por un tiempo empeñado en la juventud. Y no entienden, que la recompensa por esos años de numerarios y /o otras figuras, no tienen recompensa alguna en este mundo. Nada cambiaría si les conceden ese ansiado "reconocimiento", pues aquí, de nada sirve. Preocúpense más por el otro Juicio.

Me imagino que como son personas tan dialogantes, transparentes y modernos, no encontrarán ningún motivo en no publicar esta carta. Por mi parte tienen todo el permiso. Mejor dicho, todo el ánimo del mundo.

Pues eso, con Dios.

Diego







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