¿Quién miente a Ocáriz?.- Mediterráneo
Fecha Wednesday, 16 June 2021
Tema 115. Aspectos históricos


No puedo entenderlo. He leído la carta varias veces, he intentado ser imparcial, he intentado verlo con sus ojos, pero no puedo entenderlo. No puedo entender cómo se puede escribir esta carta, en junio 2021, con la que está cayendo. Solo puedo explicármelo pensando que Ocáriz no conoce la realidad, que se la ocultan. Que a su mesa solo llegan noticias de “somos-todos-estupendísimos-de-la-muerte” y la realidad, la que se ha instalado desde ya hace bastante tiempo, se queda un par de despachos atrás, en manos de alguien 1) que no quiere que las cosas cambien, alguien para quien el espíritu está esculpido en piedra y la piedra, bien lo sabemos, no es moldeable, ni adaptable, ni susceptible de cambios; 2) alguien que piensa “para lo que me queda de estar en el convento...”; 3) alguien que, con buena voluntad, dice “el cambio es imposible y aquí no hay nada que hacer”, y, como Quevedo en su famoso Memorial, piensa “ya esto se acaba, pues hurtemos todos".

Es la única explicación. Si Ocáriz supiera cuál es la realidad, no hubiera podido escribir esta carta. Si hubiera visto enfermas confinadas en una celda de 3x2 durante más de veinte días, si viera a numerarias auxiliares deseando morirse para descansar, si escuchara a numerarias diciendo “pues llevo días sin hablar con ella, no te puedo decir” y “ella” es una de las enfermas confinadas en la celda, si oyera a una directora decir “es que eres gravosa” a una numeraria auxiliar que ha trabajado durante más de cuarenta años entregando cada céntimo del sueldo de miseria que finalmente le dieron, y ahora cuida de sus padres, enfermos y dependientes... no hubiera podido, en conciencia, escribir esta carta. Nadie puede ser tan desfachatado, nadie puede ser tan hipócrita, ni siquiera el sucesor del pobre desgraciado de echevarría.

“En la necesidad de cuidarnos unos a otros”. Pero eso, ¿con qué se come? A un enferm@, en la institución, no se le cuida. Se le abandona a su suerte, se le lleva la comida en una bandeja y se aparece puntualmente en su mal llamada habitación y bien llamada celda para que rece y cumpla el plan de vida. Punto. Esto es lo que se hace con l@s enferm@s en la institución. Ha habido un caso en España, no hace tanto, en el que ni la comida le llevaron, porque se olvidaron, así que la enferma bajó a media noche a la cocina y se preparó un bocadillo. Hubo otro caso, en un país de Sudamérica, en el que a una numeraria que, por trabajo, llegaba muy tarde a casa, se le dejaba la bandeja en el mármol de la cocina, sin tapar y sin nada, y la numeraria compartía la cena con una rata que pensaba que la habían invitado a bodas.

a propuesta de la Asesoría Central. ¡Pero si la sección femenina no cuenta! ¡Si ni siquiera tiene voto para elegir al prelado! ¡Si están porque deben estar, porque se les tildaría de machistas si no estuvieran! ¡Si cualquier cosa que diga la pobrecilla Isabel-no-sé-qué, Sánchez, creo, pasa por cuarenta y siete filtros antes de llegar al prelado, y si alguno de los filtros es un misógino machista ni siquiera llega! La sección femenina solo es la base sobre la que se sustenta la logística doméstica, nada más. Y solo importa en cuanto a logística doméstica. Es decir: si las numerarias y agregadas desaparecieran de un plumazo, la institución seguiría igual porque lo que importa, lo único que importa, son las numerarias auxiliares, Lo demás es pura fachada, pura vitrina, puro escaparate. Nada más.

“A los más jóvenes”. ¿A quiénes? Porque jóvenes no hay y, los que puedan asomarse, salen por piernas en cuanto ven la realidad de la vida. ¿De qué jóvenes habla Fernando Ocáriz? ¿Quién le ha dicho que hay tantos jóvenes que, sin dudarlo, ellos llevarán a la institución por el camino del bicentenario? ¿Quién le ha mentido así?

la reestructuración territorial de algunas circunscripciones de la Prelatura; ahora, la nueva región erigida en América Central, uniendo las que hasta ahora se denominaban Septentrional y Meridional; y El Salvador. La tal reestructuración no viene porque sí, viene porque no hay gente. NO-HAY-GENTE. De las dl de España, ni palabra, y ha desaparecido la dl de Galicia, y Valencia (¡Valencia!) se ha unido a Aragón y La Rioja, y Torreciudad pasa a depender de Barcelona “porque está más cerca”. Más cerca, ¿de dónde, si hay cerca de tres horas desde la Diagonal al santuario? Es una reestructuración de tal calibre que, por sí sola, merecería una carta comentándola, no un párrafo de paso, al final de una carta donde todo es chupiguay y vamos a celebrar todos. ¿Celebrar, qué? O más importante, ¿quién? Porque al paso que vamos, hablo de España, al 2028 llegarán seis viej@s, tres de ell@s demenciad@s después de años y años de medicación y l@s otr@s tres, amargad@s y deseando morirse para acabar de una vez con todo. Esa será la celebración del centenario.

 

¿Quién miente así a Fernando Ocáriz?

 

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