Una anecdota más.- Otaluto
Fecha Monday, 22 February 2021
Tema 010. Testimonios


En el opusdei suceden cosas insólitas, y uno se acostumbra a todo y a defender a la institución frente a viento y marea. La anécdota es como sigue.

Yo estaba en primer año del centro de estudios y se decidió invitar a los padres de los alumnos a ver una película del fundador. Para la ocasión vino mi madre, que en ese entonces era una señora de casi 60 años. De joven había sido muy bonita y, ya mayor, aun conservaba su elegancia. Recuerdo que vino vestida con una pollera escocesa que le llegaba casi a los talones y una blusa de seda de mangas largas y cuello cerrado. Lo cuento porque viene al caso notar que estaba vestida muy discreta y bien a tono con la ocasión.

A la salida, estaban los directores de la casa saludando a los padres, todo muy cordial y civilizado, o sea, entorno previsible y bien al estilo opusdei. Se encontraba también saludando el entonces Consiliario, un sacerdote español entrado en años, un hombre histórico de la región que detentó el cargo durante décadas. Me acerqué con mi madre cargado de ilusión, y al extenderle la mano para saludarla le dice, textualmente: ¡pero que linda mamita de la televisión! Ambos nos quedamos paralizados. El significado del comentario aun hoy me resulta incomprensible, pero su naturaleza lasciva era indubitable. No había ningún modo correcto de responder y él seguía estrechando la mano de mi madre con una extraña sonrisa y sin agregar mas comentarios. Se produjo un silencio de 4 o 5 segundos que duró una eternidad, al cabo de los cuales mi madre retiro su mano y seguimos hacia la salida. A los pocos pasos me dice, enojada, “Este señor quien se piensa que soy?”. Me moría de vergüenza, solo atiné a balbucear unas palabras de justificación: “mamá, es que es español…!”.

Lo recuerdo ahora y me rio solo, porque solo se trató de un incomodo y alarmante momento. Pero como dije antes, la anécdota es simplemente una muestra de que uno se acostumbra a todo, a no pedir explicaciones, a dar vuelta de página y seguir. Si al salir de mi cuarto me encontraba un elefante rosa, simplemente le hubiera dicho “pax”, esperando “in eternum” como respuesta.

Paz a todos,

Otaluto.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=26577