Buenas tardes.

La reciente carta del Prelado del 30 de enero -aparte de indignarme por su redacción tramposa- me lleva a hacerme las siguientes preguntas, que comparto con vosotros:

1. En una familia normal, compuesta por adultos, cuando hay un problema grave, este se expone con claridad a todos para que sean conocedores del mismo. ¿Por qué se siguen usando eufemismos y trampas literarias para evitar decir que no hay vocaciones? Parece que dentro de la Obra son infantes, a los que siempre hay que envolver la verdad para que no razonen o para que no huyan o se depriman.

2. Que yo recuerde de mis años en la Obra, apenas se oía hablar de vocaciones en algunos países como Suecia, Sudáfrica, Finlandia, Holanda, Bélgica, Alemania, Hungría, Suiza y un larguísimo etcétera. Cuando pitaba uno, bien que lo paseaban por todos lados. Desde España se iban repoblando esos países una y otra vez, pero... ¿no será que la vaca ya no da más leche?

3. ¿Qué delegaciones serán las primeras en España en ser sumidas en este Proyecto apasionante que tanta oración requiere? Apuesto: Galicia, Granada, Zaragoza.

 4. ¿Por qué no se usó el mismo enfoque -que ahora usa el Prelado para la Obra- aplicado a las órdenes religiosas que han pasado antes por la misma crisis: Proyecto, mejores comunicaciones, eficiencia en la organización...? ¿Falla mi memoria cuando nos referíamos en Casa a esas instituciones envejecidas y sin vocaciones como infieles a la doctrina de la Iglesia y malinterpretadoras del Concilio? ¿No era esa la única causa por la que iban empequeñeciéndose en contraste con la pujanza fiel de la Obra?

5. "Quien hace mucho proselitismo, consigue muchas vocaciones; quien hace proselitismo, consigue vocaciones; quien hace poco proselitismo, consigue pocas vocaciones". ¿Cómo debemos interpretar estas palabras de San Josemaría, que SIEMPRE hemos interpretado y predicado en su sentido textual? Aparte de los malabarismos que hacen para redefinir el sentido la palabra proselitismo sin decir a las claras lo que siempre ha significado, en la teoría y en la práctica, que es más grave.

6. Una religiosa santa -progre, para el Opus, según su miope visión de la Iglesia- me dijo no hace mucho: "nosotros hemos servido a la Iglesia y hay que aprender a morir como personas y como institución". ¿No les vendría bien a los directores poner sus barbas a remojar y aprender de esas a las que tanto han criticado?

7. Me preguntaba un amigo ex con quien comenté la carta, ¿se irán publicando en Romana los Decretos del Prelado fundiendo circunscripciones? ¿O las fechas de abandono de países? Seguiremos.

Abrazos, Pitable(Bis)