Por la Educación y respeto. - Rapelu
Fecha Friday, 20 August 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


Por la Educación y respeto.

Aprovechando los dias de vacaciones he seguido “conectado” a esta web y sobre todo leyendo los libros que aquí aparecen publicados, como los de Retegui que solo puedo, de todo corazón, aconsejar su lectura. En estos momentos, especialmente el capítulo 7 donde glosa una deliciosa cita del cardenal Newman sobre la educación, pues algunos de los últimos correos así me parecen que lo piden o reclaman (sirva como ejemplo el de Wolf Prix). Como decía Retegui la tolerancia no puede ser indiferencia, insensibilidad. Y hay que dejar decir pero sin molestar ni pontificar, con educación.

El problema, me convenzo cada vez más, y a pesar de las vueltas que se le da a si es un problema de personas o de institución, sigue estando para mi en los denominados funcionarios de la prelatura a los que se escoge por la obediencia ciega a las normas y reglamentos más que a lo que tienen de fondo. Estos, en mi opinión, provocan una cada vez mayor autosuficiencia que va logrando la prelatura en los últimos tiempos: en lo doctrinal, en lo moral, en lo formativo… pero que también está llegando a la autosuficiencia total en lo material: efectivamente, uno puede vivir dentro leyendo revistas de casa bien sentado sobre muebles de casa, en edificios muy de casa, construidos por arquitectos de casa, según las normas de construcción de casa, con libros y profesores de casa, colegios, universidades, médicos y clínicas, gabinetes jurídicos que hacen que esas clínicas como fundaciones no paguen impuestos de sociedades, etc. Pero es que sigue desde bautizarse con los de casa, y todos los sacramentos hasta el sacerdocio incluido, por los obispos de casa. Y esto efectivamente es peligroso pues la autosuficiencia conlleva a la absolutización de la prelatura denominada institución por Retegui. Y buena culpa de esto la tienen los funcionarios o directivos que reglamentan todo para que todo tenga respuesta: cuando alguno se sale de tiesto, se envia al psicólogo. Imaginad por un momento al director que no siga la indicación de amueblar la casa como le digan, o que cambie a su gusto muebles, o que compre El País el domingo, o que no colabore con la red de Troa para los libros, o que no aconseje algún colegio de tormento… Evidentemente todos dirían que está loco.

Tanta autosuficiencia y absolutismo conlleva a que la intimidad de los fieles es con lo institucional, como así se preconiza, y al final no con Dios. Y de nuevo el que de verdad está con gentes del mundo termina siendo un cuerpo extraño al absoluto.

Recuerdo de mis años romanos a gente de bien que se sorprendian de los que seguian las normas de construcción tan al pie de la letra que los resultados eran idénticos cuando el propósito era dar normas sobre mínimos. Es normal: lo fácil es seguir órdenes, no complicarse, seguir normas y criterios… y fuera la imaginación o el uso de la razón.

Por último, solo comentar algo sobre el escrito de Tapatio del 16 de agosto contestando a su vez al de Tomás del Portillo. Tuve la suerte de conocer a D. Alvaro por unos años y conversar con él en diversas ocasiones: aparte de que le disgustaban los caracoles para comer, no podría decir nada más que alabanzas.

Por mi parte lucharía por diferenciar a las instituciones de las personas por muy importantes que sean o fuesen.

Rapelu







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