Nietzschepirina. Más de empatía.- Zartan
Fecha Monday, 16 September 2019
Tema 070. Costumbres y Praxis


La otra noche llegué a mi casa bastante jobreído. Venía con la carga de dos amigos que lo están pasando mal (que la soledad es muy mala compañera), otro con su padre con una tremenda hemorragia cerebral y a la espera de que se marche al otro barrio, una amiga que no puede trabajar en lo que quiere por falta de recursos económicos,… total que me sentía un poco, o bastante, bajoneado. Le comenté a mi mujer y me dio un abrazo de esos que dicen un montón de cosas sin haber mediado palabra (te entiendo, reparte conmigo esa tristeza, etc.) y luego le mandé un mensaje por guasás a mi hermana chica quien, inmediatamente, me dijo que no pasaba nada, que siguiera queriendo a la gente y que ella podría rezar por mis amigos.

En realidad, lo que yo buscaba, era la típica pastilla que quitara los efectos secundarios de la empatía, la misericordia o el querer a la gente, pero parece que no han inventado todavía la nietzschepirina, así que me comí un trozo de chocolate que es bastante eficaz en estas situaciones. Algunos creen que eso es un invento de Jarry Potter pero no, científicamente está demostrado que su contenido en flavonoides estimula la formación de serotonina o, bueno… si no ayuda, por lo menos está rico. Y, mientras atacaba a los flavonoides, me vinieron a la memoria situaciones similares en mi anterior vida. La de veces que fraternalmente me correccionaron por dedicar tiempo a personas que jamás de los jamases llegarían a pitar ni siquiera como cooperadores budistas malcasados, muchas y eventuales. Pero es que, tengo la sospecha, que no terminé de entender la amistad como medio proselitista. La última vez en mi vida pasada no fue una corrección fraterna (creo que ya lo he contado por aquí) sino algo más sutil. Llegué, igual que la otra noche, a lo que yo entonces llamaba mi casa, pedí ayuda a uno que yo consideraba mi hermano y su respuesta fue clara: no puedo fumarme un cigarrito contigo, tengo que hacer puntualmente la oración. Lógicamente Dios es más importante que yo, infinitamente más, nadie lo pone en duda, pero esa respuesta significó mi salida. Ellos piensan (y dicen) que me marché después y por otros motivos, pero no, mi abandono de la maravillosa barca fue porque alguien cumplió estrictamente con el espíritu que había que tener en ella.

El chocolate, un abrazo y unas buenas consejas por guasap han hecho efecto y… a seguir pedaleando. Pero me avisáis si alguien inventa la nietzschepirina, será un acto cultural ya que creo que no valdría la pena tomarla.

Desde mi selva un abrazo a selváticos y asociados.

Zartan







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