Homosexualidad y Honestidad.- AMV
Fecha Friday, 13 August 2004
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Homosexualidad y Honestidad - AMV

Después de un tiempo de ausencia he ingresado nuevamente a ésta página tan querida y revisando los últimos correos me encontré con uno de Raquel del 9/8/04 donde pregunta: "¿No habrá entre las participantes de este foro una lesbiana que, como Edu (5/6/04), valientemente comparta con nosotros su experiencia en este sentido?", y la verdad es que me he sentido con la responsabilidad de participar.

Ingresé como numeraria a los 18 años y me salí a los 23. Puedo decir que la mayor parte de mi estadía en el Opus fui una numeraria fiel y comprometida que creía ciegamente que la obra era el camino correcto. Fue solo unos dos o tres meses antes de mi salida que, producto de un incidente relativo a la forma como se manipula la amistad en el Opus, tomé conciencia de que habían cosas fundamentales con las que no estaba de acuerdo y en base a las cuales decidí salir.

No me quiero detener en los motivos de la salida porque no son el motivo de este correo.

Mi salida (como probablemente las de la mayoría) fue bastante dolorosa y quedé devastada emocionalmente, el primer tiempo fue realmente muy difícil. Al punto que quiero llegar es al de la sexualidad. Durante mi época en el Opus era absolutamente ignorante con relación a la homosexualidad, me había criado en una familia tradicional y conservadora y de ese tema jamás se había hablado en mi familia. Yo provengo de un hogar de padres bien avenidos, de 50 años de matrimonio y soy la única mujer de la familia. Mis hermanos también tienen matrimonios bien avenidos y de larga duración. Siempre fui una alumna estudiosa, primera de mi clase muchos años durante el colegio. Siendo numeraria varias veces sentí atracción por algunas de mis compañeras, era algo que sentía fuertemente y que me daba una verguenza terrible tener que confesar o contar a la directora porque pensaba que era malo. Rezaba, me mortificaba y creo que cuánto más lo pensaba, más fuerte era lo que sentía. No obstante nada pasó de atracción o sensación.

A mi salida empecé a frecuentar a una compañera de trabajo que estaba en mi lista de San Rafael y que sabía por lo que yo estaba pasando (mi proceso de salida del Opus). Nuestra relación se fue haciendo muy intensa y sin darme cuenta seis meses después iniciamos una relación de otro tipo. Tanto ella como yo teníamos escasa información sobre la homosexualidad, nos movíamos en un ambiente absolutamente heterosexual y lo que nos estaba pasando era algo lindo por un lado pero una constante tortura por el otro. La presión social, los prejuicios, el miedo, la ignorancia nos hicieron mantener una relación que duró un largo tiempo (más de 4 años) pero viviendo una doble vida, a escondidas y sin futuro. Lo único que me alentaba era el tener la certeza de que mis sentimientos eran nobles, profundos y legítimos, eso era lo que yo sentía, no algo que hubiera elegido.

La relación terminó porque llegó un momento en que ya no podíamos conciliarnos, ella tenía terror a ser descubierta y yo no quería seguir viviendo escondida eternamente. El tiempo pasó, me costó mucho tiempo y esfuerzo el poder asumir quién era yo realmente, poder enfrentar a mi familia y poder fortalecerme, recuperar mi autoestima y convencerme de que no soy mejor o peor persona por el hecho de tener una orientación sexual diferente.

De ese tiempo han pasado ya muchos años y ha corrido mucha agua bajo el puente. Tuve la inmensa suerte (gracias a Dios) de conocer una mujer maravillosa con la cual tenemos una relación estable hace más de doce años y con la cual me siento muy feliz. Aún cuando mi formación es en Ingeniería, hice dos años de estudios de Sociología, los cuales me permitieron leer mucho sobre el tema de la sexualidad humana y en especial de la homosexualidad, información que ha sido valiosísima para mi desarrollo personal. Vivo en Latinoamérica, un medio todavía machista, ignorante y conservador en estos temas, donde los homosexuales estamos muy distintantes de tener todos los derechos que como seres humanos nos corresponden. Como me muevo en el medio empresarial no puedo llevar la bandera porque sino el sistema me crucifica, sin embargo he podido lograr tener una vida equilibrada, una relación de pareja sana y armoniosa que me hace muy feliz, nuestras familias nos quieren y respetan y nuestros verdaderos amigos saben de nuestra relación. Llegó un momento en que decidí nunca más mentir porque no tengo nada de lo cual avergonzarme.

Hay algo que me interesa exponer y es el hecho de que la sexualidad humana es algo complejo, no es blanco y negro. Creo que reducir la discusión a lo que es normal o anormal en esta materia nos hace retroceder al menos 50 años. No creo que la homosexualidad sea una opción como suele decirse, porque habría que ser masoquista para elegir un camino muchas veces tan difícil de vivir (por la ignorancia y los prejuicios sociales). Donde sí creo que está la opción es en el ser consecuente o no serlo con los propios sentimientos y enfrentar la vida desde ahí.

AMV







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