Políticos en Argentina.- Angel
Fecha Friday, 13 August 2004
Tema 900. Sin clasificar


Existe un aforismo jurídico que señala: a confesión de parte relevo de pruebas. No pude menos que acordarme de él, al leer a Pro Opus I. Debo comenzar, dejando claro que coincido con él cuando afirma que es una exageración de Julio H, sostener que el actual gobierno argentino fue propuesto por el Opus Dei. El régimen político de ese país no es de la España franquista. Sin embargo, lo que no tiene desperdicio son las razones que da Pro Opus I para demostrar que al contrario “el Gobierno argentino es lo mas anti Opus que pueda existir” llenándolo de epítetos:

a) Presidente agnóstico.
b) Presidente montonero (un grupo político violentista)
c) Presidente, su esposa y el gabinete abortista
d) Zurdo (izquierdista).

Es decir, para ser “pro Opus” habría que ser derechista, fundamentalista católico y pertenecer a esa Iglesia que todos los jueves –cuando heroicamente marchaban las Madres de la Plaza de Mayo- durante los siete años de la dictadura, cerraba las puertas de muchas catedrales. También se clausuraban las de la sede del arzobispado de Buenos Aires y del centro de reuniones de los obispos en la localidad de San Miguel. Los hombres de Dios nunca quisieron ver lo que pasaba en las plazas, especialmente en la Plaza de Mayo. Algunos sacerdotes no sólo las ignoraron, sino que llegaron a negarles la comunión a las “locas de la plaza” que clamaban por su familiares desaparecidos.

Mientras asesinaban, torturaban y desaparecían personas, el general Rafael Videla y demás militares comulgaban públicamente y se presentaban como devotos católicos. Eran bendecidos por la Iglesia. Esta triste historia de colaboración clerical con la dictadura, se encuentra en el libro “Nuestra Santa Madre. Historia pública y privada de la Iglesia Católica Argentina” de Olga Wornat historiadora, abogada y periodista.

La acusación de Pro Opus I contra el presidente Nestor Kichrner, es porque se ha enfrentado al ultra conservador arzobispo de La Plata, Héctor Aguer -y con él a los intereses que representa- que salió a criticar las políticas sociales y pedir más represión frente a las movilizaciones populares. La preocupación social del obispo queda en evidencia, cuando se conoce que el año pasado el prelado se hizo cargo de una fianza de 336.000 dólares que había establecido la justicia para excarcelar a Francisco Trusso, quien había sido condenado por estafas por unos 300 millones de dólares con la quiebra fraudulenta del Banco de Crédito Provincial.

El mandatario respondió recordando la historia. El jefe de Estado criticó la "extrema hipocresía" de "algunos pastores de la Iglesia" que avalaron "el proyecto de concentración económica" vigente en los últimos años, gracias a la política neoliberal impuesta a sangre y fuego por los militares y continuada después.

Agregó, en clara alusión a Aguer, que "muchos de los que hablan de asumir las responsabilidades, algunos pastores de mi propia iglesia", deberían aclarar "cuál fue su responsabilidad" en el proceso de deterioro de las condiciones socio económicas del país e hizo alusión –poniendo el dedo en la llaga- a “un fiador de un financista que estuvo preso”. No obstante, el mandatario destacó la "espectacular" tarea de ayuda social de la Iglesia Católica y convocó a los obispos a acercarle "ideas" para solucionar los problemas de los sectores más empobrecidos de la población. "Hay algunos sectores -dijo-, que son los que conformaron este país concentrado económicamente y con tanta injusticia, que quieren que aquellos que sufren la marginación se pongan violentos para justificar su acción porque les molesta escuchar a los que sufren. Muchos de los que hablan hoy tienen que asumir la responsabilidad en la creación de esa pobreza y esa exclusión en la Argentina".

Un presidente “agnóstico” que habla de los “pastores de mi propia iglesia" y que al cumplirse los 25 años del pontificado de Juan Pablo II, en la que decía que el país se unía “al júbilo de los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad” por la fiesta y manifiesta “nuestro permanente respeto y admiración por su obra de pastor universal de la Iglesia, y como defensor de la paz, la justicia y los derechos humanos”. Es decir, para resumirlo en pocas palabras, para que el gobierno argentino fuese lo más pro Opus que pueda existir, tendría que ser no sólo conservador; sino clerical y de extrema derecha –y hasta fascista- como el que encabezaron los militares que ensangrentaron el país, con el aval de la cúpula de la Iglesia argentina y de los buenos católicos del Opus.

¿Alguna vez alzó en Argentina la prelatura o sus miembros su voz contra los crímenes, las persecuciones, los secuestros, los robos de niños, los vuelos de la muerte y las torturas, incluso contra los sectores eclesiásticos que defendían los derechos humanos, como hoy lo hace personas vinculadas a ella contra el gobierno democrático de Kirchner y firman desafiantes Pro Opus?.

Angel







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