Hoy hacemos la lista de San José.- crítico
Fecha Monday, 18 March 2019
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hablando con un amigo de unos cuarenta años de edad, le pregunté por el club, que cómo les iba. Sin vacilar me dijo que en los años 90 llegaron al centenar de socios pero que ahora apenas llegaban a diez, y que solo venían los fines de semana, a los planes divertidos. Que entre semana eso estaba muerto. Que económicamente eso es una ruina y que con las cuotas no se cubre ni el coste del teléfono. Y que eso es la tónica habitual en el resto de clubes que conoce.

Así que como ya dije en otro escrito, a Torreciudad se le añade el pozo sin fondo de gastos de los clubes vacíos y de las delegaciones majestuosas con unos cuantos ahí dentro que no trabajan cobrando. Pero la imagen es la imagen, y antes que cerrar un centro o un club se hace todo lo posible por mantener las apariencias de que la cosa va bien, que tenemos gente pitable, que hay unos chavales que podrían venir por el club,... Pero nada de nada. Al final hay que reducir gastos y se cierran clubes, y se cierran centros.

Hoy, día de la confección de listas de San José, como diría Camilo Sexto, siempre se repite la misma historia: los mismo nombres de tipos que hace años que reaparecen, o sea que no hay manera que piten; ahora aparecen nombres de hombres casados y con hijos, o sea que lo de ser numes o agregados, nada de nada. Una pena. Pero da igual, tú tira palante; el director con su sonrisa habitual de que no pasa nada va a seguir pidiendo nombres para la listita. Es la Tradición de la Obra. Siempre ha sido así y siempre va a ser así hasta el fin de los tiempos.

¡Vaya cachondeo! Hacer la lista de San José es la técnica de instrumentalización de la amistad más flagrante que conozco. En teoría uno debería poner a sus amigos, pero ya ves, aquí lo que se hace es que un hombre de 40, 50 o más (y que todavía anda por el club) pone a un niño de trece años y medio para arriba que dentro de un año va a tener ya los 14,5 reglamentarios para que pueda pitar. Todo legal. Eso no es amistad señores. La fiesta del proselitismo de hoy más parece una orgía de falta de caridad con esas personas que ponen en la lista que ni saben que sus amigos hacen eso, decir públicamente sus nombres, o comentar algún que otro avance en su espiritualidad.

Lo que más me duele es que la empanada mental que tienen los de dentro sobre lo que en conciencia deben hacer hoy no les haga recapacitar y hablar con humildad con el director correspondiente para decirles: a ver, por favor, terminemos ya con esta farsa, por el bien de la Obra, por el bien de la Iglesia.

crítico







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