Dar credibilidad a la secta y no a la víctima.- Carmen Charo
Fecha Wednesday, 12 December 2018
Tema 010. Testimonios


Sinceramente no salgo de mi asombro al comprobar el alcance del síndrome de Estocolmo y el daño que ejerce la secta Opus Dei en las mentes de quienes han militado en sus filas.

Me parece tremendo que se de credibilidad a una secta que tiene por carisma la Mentira, de la que tenemos abundantísimos datos de cómo ha mentido y miente absolutamente en todo, desde la vida y milagros de su fundador, sobre innumerables relatos de su historia y hasta de su personalidad jurídica. Miente, miente y miente, y es lo único que sabe hacer, y a estas alturas tras 90 años de historia es lo único que hace bien y le funciona todavía.

El primer guantazo fenomenal lo acaba de sufrir con la sentencia del caso Gaztelueta, no cualquier colegio, sino una obra corporativa importantísima que no pueden consentir que se les caiga. Si Joseph Knetch nos relata su experiencia en la secta, se refiere por lo menos al siglo pasado y bastante más allá. Al Cid Campeador no lo conozco.

La sentencia habla de hechos probados por la declaración del querellante y por las declaraciones de profesionales de parte y de oficio. Está claro que ninguno de ellos estaba dentro del despacho viendo las escenas. Es la misma situación que se da en cualquier abuso de cualquier especie y más sexual. ¿Qué esperabais, una película? Me indigna sobremanera porque precisamente ahora toda la sociedad está especialmente sensible al conocer de cientos de miles de niños abusados por curas y religiosos, y de miles de mujeres abusadas y asesinadas por sus parejas. 46 mujeres fueron asesinadas el año pasado en España por sus parejas o por hombres por motivos sentimentales. Parece que la única y definitiva prueba de su abuso fue que las mataron. De no haber aparecido muertas, estaríais diciendo lo mismo que en este caso, y negando la verosimilitud de sus declaraciones. ¡No hay pruebas!

Es intolerable poner en entredicho a un chico que lleva 11 años sufriendo lo indecible y que ya lleva pagado un precio desorbitado. Es intolerable criticar una sentencia judicial sin tener ni idea del caso, y es más intolerable aun sacarle la cara a una secta que lleva 90 años destrozando vidas de todas las forma posibles, que no hace sino mentir, defraudar al Estado, robar a los ciudadanos, manipular conciencias, en una palabra, ¡delinquir!.

El sacar la cara por un numerario, y más sabiendo la represión sexual y la forma tan antinatural como se vive, mejor dicho, no se vive la sexualidad en semejante tugurio, me parece difícil de justificar.

¡¡Por favor, salgamos de la cueva de una vez y dejemos de pagar el impuesto revolucionario a semejante monstruo!!

Carmen Charo









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