No lo habría vuelto a escribir. Pero ya que insistes te abriré los ojos.

Pepito cuanta ingenuidad. No quería volver a escribir en esta web, no por nada, sino porque paso ampliamente de prelatura y sus adláteres. Pero lo tuyo es muy fuerte porque afirmas cosas con total desconocimiento.

Lo conté en esta web y no me arrepiento de haberlo hecho. 

Un sacerdote numerario, en plena sacristía, intentó abusar de mí. ¿Quieres que descienda a detalles o te basta con lo que acabo de escribir? Y además de afirmarlo lo juro sobre la Biblia. 

¿Quieres más? Pues lo puse en conocimiento del director de la delegación, ¿y qué hizo? NADA. Lo conté en el centro, me moví y NADA. Hasta que al verano siguiente me enteré de que iba atender el curso anual al que yo iba asistir. Y por ahí no pasé. Moví Roma con Santiago y conseguí que no fuera. Yo ya estaba herido de muerte y dure muy poco más.

A este sacerdote porque siguió con sus intentos, lo han quitado de en medio. Pero no le han ayudado con una buena terapia que le lleve a comportarse debidamente. Lo han empastillado y está tirado en la sala de estar de su casa. ASÍ AYUDA LA PRELATURA A QUIEN LO NECESITA. Como ves no le guardo rencor. Pienso que estaba enfermo. He perdonado mil cosas. Lo que pasa es que es muy difícil olvidarlas. Y sobre todo olvidar a la madre guapa que te ha (querido) herido tanto...

Un saludo para todos y a vivir que son dos días. No hay que regodearse en el pasado. La vida sigue. Y hay que vivirla a tope. 

Con cariño

Solitudine