Me reconocí, tal como describe MAT, ingresando en lo que él llama "período farmacológico" a los treinta. Fui entonces saturado de clonazepam. Lo curioso es que este psicofármaco se administra, entre otros usos, para el síndrome de abstinencia al alcohol (soy abstemio, lo que me evitó efectos secundarios aún peores), para las ausencias de tipo epiléptico (no tengo epilepsia), para las crisis convulsivas (nunca tuve convulsiones), para el trastorno bipolar (yo estaba deprimido por el asfixiante ambiente de la Obra, pero el factor era claramente exógeno, aunque el psiquiatra de Casa nunca lo mencionó), trastornos de pánico (nunca los padecí), etc.

¿Burda mala praxis? ¿Un protocolo hecho en Navarra para retener numerarios en crisis? Vaya uno a saber...

La combinación de este fármaco con otros me provocó efectos secundarios graves, que no paso a enumerar para no aburrir el público, efectos de los que todavía me estoy recuperando.

Cambiando de tema: leo con interés todos los artículos de Opuslibros. Siempre son interesantes. Sin embargo, me pregunto por qué algunos de nosotros seguimos intentando reformar el Opus Dei desde afuera. Actualmente quien está con ese noble empeño es nuestro amigo JasonJonas.

¿Es un ejercicio terapéutico? ¿Intentamos racionalizar por qué entramos y permanecimos allí tantos años hasta quedar exprimidos como un limón? ¿Es una sutil forma de autoflagelación? ¿Qué opináis?

Tengo para mí que así como los artículos de Satur me hacen reír a carcajadas, el mismo efecto les debe provocar a nuestros fieles lectores del AOP al leer estas bienintencionadas propuestas de reforma. ¡Se deben reír hasta las lágrimas! Aquello debe ser un jolgorio.

¿Ellos renunciar al proselitismo con adolescentes de 13/14 años? ¿Ellos renunciar al control de las conciencias? ¿Ellos compensar de algún modo a quienes se dejaron décadas dentro y ya no están? ¿Ellos reconocer errores, aunque más no sea uno? ¡Jamás, never, mai, numquam...!

Sólo les importa seguir en lo suyo y dar "buena imagen". Hay que reconocer que con el lamentable espectáculo que ofrece hoy la Iglesia, eso lo tienen sencillo.

Así que...

-Hondo, ¿Por qué no haces una propuesta de reforma de la Obra? ¿Por ignorancia o indiferencia?

-Mira, no lo sé ni me importa.

Hondo