Mi vida en el opus, comparada con otras historias que he leído aquí, es una mala noche en una mala posada. Creo que me hicieron sufrir pero que no me destrozaron la vida como a otros/as, entre otras cosas porque sólo estuve 5 años, me fui joven y pude hacer una labor de limpieza interior, de recomenzar desde la libertad. Si envío estas perlas es por compartir, por si en algo ayuda a quien las lea, o por el hecho mismo de escribir, lo cual supone realizar un ejercicio mental de recordar desde la serenidad... 

Fuera del opus también me he encontrado a lo largo de la vida personas que me han hecho sufrir - el pecado existe - pero quizá lo destacable del opus es que es algo generalizado en la institución la falta de libertad, el poco respeto hacia según qué miembros, lo poco evangélico que es que el fin justifica los medios, y ese sentir la institución todo el tiempo como una especie de multinacional en expansión. Lo peor del opus es que no es una persona u otra las que no lo hacen bien, porque eso te lo encuentras en muchos sitios y el que esté libre que tire la primera piedra, sino la deformación del evangelio que se vive en general y que llena a las personas de incongruencias y absurdos, hasta romperlas, habiéndolas exprimido antes todo lo posible. Lo peor del opus es que es un mundo paralelo con sus propias reglas, muchas supuestas, un mundo cerrado que está dentro de la Iglesia pero no la conoce.

En relación con este no conocer la Iglesia y vivir al margen de ella, me viene la perla 10:

Recuerdo una vez que estábamos unas cuantas agregadas y numerarias en la sala de "Noticias" y surgió una conversación sobre los kikos (el Camino neocatecumenal). En general lo que se afirmaba allí categóricamente es que eran un grupo que estaba haciendo mucho daño en la Iglesia, con malas ideas y peores costumbres. Yo no abrí mi boca pero me quedé horrorizada ante la idea de que hubiera gente así en la Iglesia. Cuando salí del opus he conocido muchas cosas en la Iglesia, también los kikos. Puedo decir que no me siento llamada a formar parte de ese grupo y que puedo ser crítica con algunas de sus vivencias, pero que se puede afirmar que son personas totalmente en consonancia con la Iglesia, con muchísimos miembros entregados y en absoluto una herejía como pretendían explicar aquellas opusinas, sino al revés, gente que ha hecho mucho bien y que continúa haciéndolo. Siempre me ha llamado la atención la falta de conocimiento que tienen los opusinos de la Iglesia y la ninguna integración que tienen en ella, pero creyéndose al mismo tiempo todos ellos doctores de la Iglesia.

En este sentido me viene ahora la perla 11.

Estaba yo un día haciendo la oración en el oratorio del centro. Me llevé un libro pero lo puse a mi lado y no lo abrí. Desde hace mucho me cuesta leer en la oración. Con el paso de los años he sabido que no pasa nada, que cada uno en la oración tiene que actuar como sienta que Dios lo conduce y que en un templo puede haber muchas personas pero, aunque están todas sentadas, ninguna está "haciendo" lo mismo. Es más, que hay un tipo de oración denominada "de mirada" en la que el que ora simplemente mira y mantiene un diálogo de amor sin palabras. Bueno pues la perla es que una numeraria me hizo corrección fraterna por llevarme un libro a la oración y no abrirlo. En el opus, en cuanto te sales del molde, te cortan las alas, o se las cortan al mismo Espíritu, y se quedan tan contentos. ¿Acaso sabía esa numeraria cómo tenía yo que orar? A mí me parece una osadía corregir a alguien sobre algo como la oración sin saber nada del alma de esa persona. Pero es que esta gente a menudo tiene tal subidón, tal morro y tal osadía que son capaces de meterse a decirle a alguien cómo tiene que orar y quedarse tan contentos. Gracias.

Lila

<<Anterior>> - <<Siguiente>>