Los créditos Bancarios del Opus Dei (III) (Sigo adelante).- sietefm
Fecha Monday, 03 September 2018
Tema 010. Testimonios


Unas semanas más quiero ser fiel a mi compromiso de ir actualizando los pasos dados con el asunto de mi hija en su paso por el Opus Dei, y mi descubrimiento de todo un mundo desconocido en todo lo que rodea a la Obra. Una pregunta me asalta que puede plantearse a muchos. ¿Sabes realmente qué es el Opus Dei? ¿Lo conoces de verdad?...

En estas semanas que he ido compartiendo el caso del crédito de mi hija, no solamente en esta página, sino con amigos cercanos, el escepticismo, la desconfianza, el recelo, aparece como primera reacción. Una vez manifestada su incredulidad por el hecho que les presento, debo reafirmarme en si creen o no lo que cuento. Con la boca muy pequeñita y casi susurrando me contestan que sí me creen porque me conocen, pero percibo que les molesta que se hable de ello. Y me manifiestan su malestar en la forma en que he dado a conocer mi experiencia. Es entonces cuando les suelto:” ¿Pero tú de verdad conoces cómo funciona el Opus Dei?, ¿Lo conoces en toda su estructura?"... Sus respuestas giran en torno al codearse con buenas personas dentro de la Obra, para excusar cualquier actuación que les pueda parecer fuera de lugar como es mi caso. Se alude a cosas buenas que se hacen en la Obra, y que siempre hay casos aislados que pueden chocar al tener conocimiento de que existen.

Comparto con ellos la afirmación de que hay personas buenas en la Obra y de que se hacen cosas buenas, pero para lograr un fin que se deja claro en la mayoría de testimonios aquí recogidos. Lo que llama mi atención es que nadie responde a las dos preguntas que les formulo y que al inicio de este escrito planteé. El “más o menos” es el argumento que tranquiliza y cierra bruscamente el interés por conocer la verdad que les puedes ofrecer. El “más o menos” es el conocimiento real con el que manifiestan su seguridad en que todo en la Obra se intenta hacer bien.

Afortunadamente ha llegado la época de las tecnologías, de las redes sociales, de la prensa en internet, de los buscadores donde puedes acceder a muchísima información donde contrastar e informar de forma veraz aquello que durante años muchos podían esconder, manipular, o engañar. Nunca he tenido tanta información sobre el Opus Dei como hasta ahora y gracias a vosotros.

Alguien me ha dicho que no es bueno leer esta página que fomenta el rencor. De forma enérgica le desmentí, haciéndole notar que lo que yo he podido encontrar aquí ha sido mucho sufrimiento, vidas rotas, lágrimas, soledad, abandono, humillación, engaño, decepción y una lista que puede alargarse fácilmente, acompañado todo ello de dolor e impotencia. Y lo más triste, comprobar que del Opus Dei se sale más solo que la una y que nadie viene a ofrecer bálsamo para curar las heridas, ni presencia para acompañarte en la recuperación y adaptación a la nueva vida. A nadie le interesa ya que puedas seguir santificándote y dando gloria a Dios con ello.

Lo que no he visto, tal como afirmaba mi interlocutor en casi la totalidad de testimonios y opiniones aquí plasmadas es el rencor, ni el espíritu de venganza, ni siquiera en muchos de ellos, el enfado merecido, es más, he visto palabras de perdón asomando en varias de las confidencias que aquí se hacen.

Sigo esperando, sigo recibiendo información y aliento, sigo dispuesto a poner en orden todo lo que me habéis transcrito para ponerlo en conocimiento de quien crea oportuno, respetando escrupulosamente la identidad de los que así me lo habéis pedido. Deciros a todos que no solo me están escribiendo los que un día gracias a Dios dejaron la Obra, sino también algunos de los que están dentro, que aún siguen sin fuerzas para dejarla, por temor al vacío, la soledad y la situación económica en las que les dejarían los que siempre le han asegurado que son su verdadera familia; aquella que debían querer más que a la suya propia.

Cuánto me ha dolido escuchar de mi propia hija, que una y otra vez de forma individual o en las charlas conjuntas, el mensaje que recibía contenía las siguientes palabras: “En el Opus Dei hay que querer a nuestro padre, más que a nuestros padres” … ¡Que triste consejo! No es de extrañar que luego hagan lo que hagan. Lo que nunca haría un padre que ama de verdad a sus hijos, sería endeudarlos, engañarlos y abandonarlos.

sietefm









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