Más perlas/recuerdos.- Lila
Fecha Monday, 03 September 2018
Tema 076. Agregados


He aquí algunas perlas más.

Perla 6. Esta perla tiene que ver con el "dirigismo" que se traía la gente del opus con las amistades de cada una. Ya he comentado en otro escrito que varias veces, estando en el centro con una amiga, al ausentarme un momento por algún motivo, había una numeraria que "se hacía amiga" de una amiga mía, se acercaba a hacerse la simpática y, en cuanto yo me ausentaba, se la llevaba para hablar con ella. Mi amiga la pobre, que era tan ingenua como yo, se pensaba que es que eso era así, que una persona más mayor tenía que hablar con ella. A mí me parecía una falta de respeto, pero me lo reprimía porque ya nos habían dicho en algunas charlas "que nuestras amigas son amigas de todas". Creo que sencillamente nos utilizaban y se servían de nuestras amigas para sus fines. Nosotras se las llevábamos y se las poníamos en bandeja en el centro…



Pasado un tiempo, la directora del centro, que era con quien hacía yo la charla por aquel entonces, me dijo que no me esforzara más con esa chica y que no era para llevarla al centro. Yo me alegro mucho de haber seguido esforzándome con ella, porque llevamos 32 años de amistad y es una de mis mejores amigas. El "dirigismo" por parte de esta gente era alucinante, la total ignorancia de lo que es la amistad también lo era, pero lo que más me llama la atención era la poca visión sobrenatural, ellos y ellas, tan deseosos de ser santos y tan pulcros con todo lo de Dios, y no eran capaces de confiar en Dios, tenían que coger las amigas de las agregadas y entrar en medio de las relaciones como un elefante en una cacharrería, "creando" una amistad que no existía, para dar un veredicto de si la persona era digna y merecedora de ir al centro o no o de que te esforzases con ella o no. Parecía como si quisieran crear una raza superior como los nazis, ajustándose a parámetros, pero en relación al opus y a los centros, con ningún sentido de la amistad verdadera, ni falta que hacía.

Perla 7. Este recuerdo no es de cuando yo era del opus sino de hace unos años, vamos a poner 4 ó 5. Resulta que tengo un poco de amistad con una agregada porque casualmente somos compañeras de trabajo. No solemos vernos fuera del trabajo pero hace unos años me pidió ayuda para una cosa y coincidimos ella y yo por la calle con otra agregada. Simplemente nos saludamos. Resulta que la agregada con la que coincidimos es con quien hacía la charla mi compañera/amiga. Unos días después la que es mi compañera/amiga me contó que la otra le había dicho "Ten cuidado con Lila (conmigo)". Me lo dijo así: "¿Sabes lo que me ha dicho fulanita? Que tenga cuidado contigo". Me tengo que contener para no reírme. Son patéticos. Le dije a mi compañera/amiga "¿Y tú qué le has dicho?" Y me dijo que le había dicho "Pero tú qué dices. ¡Lila es consagrada y es una persona con las ideas clarísimas!". Nuevamente el "dirigismo" con las amistades... Por cierto, hay que ser cutre para advertir a alguien de mí... Pero bueno, a mí qué más me da.

Perla 8. En un año de aquéllos en los que todavía no habían cubierto mi cupo de chorradas y de mangoneos y seguía siendo una agregada que quería ser fiel (ahora también quiero serlo pero a Jesús y a mi consagración a Él), se nos dijo por aquellas fechas que el 24 de diciembre por la tarde iba a ir el sacerdote al centro a confesar. No sé quién lo diría, supongo que la celadora. Yo, que necesitaría confesar o que no habría podido hacerlo, y que vi que en mi casa estaba todo hecho, decidí escaparme al centro a confesar y a hacer la oración, volviendo a casa pronto, claro está. Cuando llegué al centro, no recuerdo si al llegar o al irme, me crucé con la directora y me espetó en un tono alto, desagradable y displicente: "¡Las agregadas tienen que estar en sus casas!". No dijo más, ni Hola ni Pax ni Feliz Navidad. Se me revolvieron las tripas con la frasecita, más teniendo en cuenta la fecha que era y que yo había ido al centro porque se nos había dicho que el sacerdote iba a ir a confesar. Quedaban unas horas para Nochebuena y era como si te pasaran un estropajo de esparto por el alma, simplemente porque a esta señora le habría sentado mal el desayuno. Por cierto, cuántas veces nos hacían ir al centro para lo que fuera, para no sé qué cosa o no sé qué historia, y les importaba un pepino si dejábamos a nuestras familias casi con el postre en la boca o en medio de la sobremesa. Vamos, que tenías que adivinar cuándo tenías que estar en casa y cuándo no.

Perla 9. Esta última perla es una corrección fraterna que me hicieron. La verdad es que no me dolió como otras cosas que he contado. Simplemente me quedé estupefacta. Lo cuento porque es un ejemplo de ese corregir por corregir, queriendo humillar más que otra cosa. Estábamos de curso anual en Galicia. Yo por aquellos años había viajado bastante poco y prácticamente sólo conocía el sur del cual es toda mi familia. Estaba acostumbrada a que un pueblo es un conjunto de calles. Incluso un pueblo pequeño son unas cuantas calles. No había visto nunca que un pueblo estuviera formado por una sola calle con unos ciertos amagos de bocacalle. En la tertulia un día lo comenté, que estaba sorprendida porque nunca había visto que un pueblo fuera una calle... Y de eso me corrigieron, de haber dicho que un pueblo era una calle, porque cuando se va a un sitio hay que alabar, eso me dijeron. Para esto sirvió la corrección fraterna, para resarcir del mal trago a las que se hubieran sentido ofendidas por un agravio tan grande. No sé si a ellas alguien les hizo corrección fraterna por ridículas, por ver mala intención donde no la hay, por carecer de espíritu universal y por colar un mosquito y luego tragarse algún camello, al puro estilo "fariseo".

Gracias.

Lila

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