¡En agua pura no nacen peces!.- Pouis
Fecha Monday, 16 July 2018
Tema 010. Testimonios


Que en la Obra hay que ir a la Santa Misa a diario es cierto… pero a SU Misa. Para todos aquellos que viven en un Centro, o que lo tienen “a mano”, para todos los que están en grandes ciudades o tienen horarios “flexibles” es fácil elegir una Iglesia donde “convenga” ir a Misa. Pero no todos lo teníamos igual de fácil.

En mi colegio, antes de pitar con 14,5, iba a misa diariamente. Eran unas celebraciones entrañables. Los que asistíamos a diario rodeábamos el altar, cantábamos, comulgábamos con las dos especies, había fervor y mucha alegría. Al pitar, lenta y progresivamente cambias a misas “más convenientes”, a SUS Misas. Los ritos cambian, el idioma cambia, todo cambia… Y aquí comienzan los problemas.

En mi club no había Misa a diario, pues solo venía el sacerdote los fines de semana, y esto era un problema. Los numerarios no teníamos mucho dónde elegir. A mi colegio casi era un sacrilegio ir, no convenía. En la parroquia del Carmen eran muy modernos y no tenían reclinatorios, no convenía. Otras iglesias estaban lejos. Otras no tenían horarios que permitiesen llegar en hora a clase… o no te permitían desayunar antes de ir al colegio, o eran demasiado pronto y hacer la oración antes era madrugar demasiado para los 14 años que teníamos. Así que, en general, íbamos por la tarde los que no podíamos por la mañana. ¿Y dónde íbamos? Había una predilección por ir a la Catedral. A la misa que oficiaba un sacerdote en concreto. ¿Qué tenía en particular? Este sacerdote no daba la comunión a los que querían tomarla de rodillas, mandándote levantar. Pues era precisamente ahí donde íbamos… y cuando llegaba el turno nuestro NO NOS LEVANTÁBAMOS. El tema era provocar. Una pequeña provocación de una pandilla de chavales mal educados (o sea, nosotros, los numerarios). Era nuestra guerra particular por los ritos y maneras que nos enseñaban.

En raras ocasiones no podía ir a misa en todo el día, se me pasaba la hora (mala organización y no había mucho donde elegir) y entonces debía buscar un sacerdote que me diese la comunión a deshora. No fue una sola vez, y el sacerdote en cuestión, de cualquier parroquia, siempre se mosqueaba por la extraña petición ¡comulgar fuera de la Misa! Y eso sin estar en peligro o enfermo.

Acabo de escuchar una frase de filosofía ZEN:

“En agua demasiado pura no nacen peces”

Eso creo que pasa en la Obra, tanta escrupulosidad en las normas, tanta exactitud, tanto control de minutos en oración, lecturas, cilicios o misterios y jaculatorias, tanto rito, que al final uno pierde lo importante… hablar con Dios como con un hermano, como con un padre.

Pouis







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=25362