Persiguiendo a la oveja extraviada.- Salypimienta
Fecha Monday, 28 May 2018
Tema 040. Después de marcharse


Martes, 16 horas. Yo sentada frente al ordenador adelantando un poco de trabajo. Es la hora de la siesta y donde estoy es imposible hacerla. Suena mi móvil. No reconozco el número en el identificador y me arriesgo a contestar, quizá es un nuevo cliente.

Yo: ¿Diga?

Voz femenina: ¿Salypimienta?

Yo: Si, ¿quién habla?

Voz femenina (toda emocionada): ¡Soy Perengana!

Mi memoria trata de encontrar la cara de Perengana que corresponda a la voz que estoy escuchando. Conozco a varias Perenganas...



Yo: ¿Qué Perengana?

Voz femenina: Ay, pues Perengana de Tal, ¿qué no te acuerdas de mí? Durante años tomamos círculo juntas.

¡Anda ya! ¿Y ahora esta qué querrá?

Yo: Hola Perengana ¿en qué te puedo servir?

Es mejor terminar rápido la conversación, no creo que esta mujer me llame para nada bueno. Vamos al grano.

Voz femenina: Es que hace años que no nos vemos y quería invitarte.

¡Dios mío! Hace años que no nos vemos ni nos veremos jamás si puedo evitarlo. ¿A dónde me quiere invitar esta? Siento un nudo en el estómago y me sudan las manos.

Yo: ¿A dónde?

Voz femenina: Pues mira, estamos organizando un ropero los martes de 9 a 1 en mi casa, y pues en ese horario apartaremos un ratito para dar círculo.

Siento la boca seca y las piernas de trapo. Creo que tengo taquicardia. No doy crédito a mis oídos, ¿por qué a mí?

Yo: Oye Perengana, yo hace años que salí de la Obra, ¿lo sabías?

Voz femenina: ¡Ay Salypimienta! Eso no tiene la más mínima importancia. Lo que importa es que te animes a regresar a los medios de formación.

En este punto me encuentro casi al borde de un colapso nervioso. Diez años de trabajar arduamente cada día en quitarme todas las deformaciones espirituales, psicológicas y morales que me dejaron los medios de ‘formación’ para que esta mujer me venga a proponer que regrese. Es mejor tomarlo a broma.

Yo: A ver Perengana entiendo que quieres que vaya a un ropero y dé el círculo, ¿no es así?

Voz femenina: Noooo, ¿cómo crees? Te estoy invitando a que vengas a tomar círculo.

Ya mejor me lo tomé a cachondeo.

Yo: No me has entendido Perengana, yo hace 10 años que NO soy del Opus Dei. Soy una despitada, una desertora, una renegada, una oveja negra extraviada, o sea, soy de las que tienen el sino de la maldición del rejalgar.

Voz femenina (un tanto perturbada): Jajaja ¡Ay Salypimienta! Tu siempre tan ocurrente. En Casa esas cosas no tienen importancia, el que hayas dejado de ser supernumeraria, no quiere decir que abandones tus medios de formación.

¡Y dale con los medios de formación!... y seguro que están contando con  ¡mi generosa aportación.

Yo: Mira Perengana, es que yo no estoy interesada en ir a ningún ropero, circulo, patronato, o cualquier cosa que tenga que ver con el Opus Dei. Yo tengo mis propios medios de formación.

Voz femenina (ya muy perturbada): ¿Asistes a medios de formación en otro sitio?

Estaba a punto de decirle que era miembro de los Hare Krishna o de la Iglesia de la Cienciología, pero no me animé. Debería de haberlo hecho.

Yo: Si, y estoy muy feliz donde estoy. Oye Perengana, te tengo que dejar porque estoy muy ocupada (no tenía caso seguir con la plática). Sólo te pido que me taches de la lista de ‘perseguibles’ porque NUNCA voy a asistir a nada. Es para que no pierdan el tiempo conmigo. Besos y adiós.

Yo soy muy sincera y no me ando por las ramas nunca. Corté la comunicación sin dejarla decir nada más.

Ya una amiga ex supernumeraria me había advertido que esa era la nueva modalidad: la recaptura de los ex miembros. Hace poco Hondo publicó sobre la ‘repesca’ aquí mismo… y me tocó pasar por esa experiencia desagradable. Ya me habían buscado para tomar un cafecito, ahora ya de plano se saltaron todas las formalidades y me lo dijeron a bocajarro: me querían de cooperadora.

No sé a qué ‘genio’ se le haya ocurrido eso de reintegrar a las labores de deformación de la Obra a los ex miembros. Me imagino que habrá quien se emocione con esa iniciativa. Yo desde luego que no. Durante los años que he estado alejada he recuperado muchas cosas que no estoy dispuesta a perder por nada ni por nadie, y mucho menos por el Opus Dei.

Acercarse a la Obra después de haber salido es como si una mujer después de abandonar a un marido maltratador, después de unos años se vuelve a acercar a él. Yo, y creo que la mayoría de los que abandonamos el Opus Dei, fue debido a los maltratos de todo tipo que recibimos allí dentro.

¿Estoy siendo rencorosa y soberbia? Posiblemente sí. De corazón he perdonado a todas las personas que dentro de la Obra me hicieron algún daño, pero eso no quiere decir que las quiera tener cerca, ni olvidar lo que pasé ahí dentro. Pretendo seguir lo más alejada posible del Opus Dei para siempre.

También estoy intrigada -y preocupada- de la manera en que la Obra nos tiene localizados. Desde que dejé el Opus Dei me he cambiado dos veces de casa y también el número de mi teléfono móvil. Por lo visto, el sistema de espionaje y control opusinos son como de la antigua KGB. Como siempre ha sido.

¿Qué estará pasando dentro para que estén sucediendo estos cambios? No lo sé. El caso es que hay que estar alertas, porque ya mandaron a los buenos pastores en busca del rebaño extraviado. ¡Ojo con eso!

Besos

Salypimienta.







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