Cuando se generalizó la posibilidad de hacer cursos anuales fuera de España yo salí fuera en un par de ocasiones más. En estos casos el curso anual no lo organizaba la región o el país en cuestión sino que cedían la casa entera (supongo que como un alquiler) pero el curso anual lo organizaba la región de España, con consejo local y sacerdote incluido, y con todo el personal que asistía procedente de su delegación correspondiente. Los billetes de avión gestionados con tiempo y por tanto, baratos...

En torno al año 2002 hice un curso anual en el sur de Francia en el que disfruté mucho, la verdad. Lo organizaba una delegación española distinta de la mía. Era como hacer un curso anual en la delegación de Madrid-Este pero con la casa alquilada en Francia.

Estábamos en una de esas residencias universitarias clarísimamente necesitadas de dinero. Como yo no pertenecía a la delegación que lo organizaba, me asignaron una de las habitaciones peores pero resultó ser de las mejores. Era el último piso sin ascensor y daba a la parte de atrás pero esta parte de atrás era una zona de chalets bastante agradable y además libre de ruidos al no dar a la calle. Lo del ascensor para mí no era un problema.

Todo era escaso, muebles acoplados de restos, desparejados y algo destartalados, escaso jardín y sin posibilidad de hacer deporte. A los pocos días de llegar una supernumeraria de la ciudad nos prestó su casa para ir a bañarnos por la tarde a su piscina con lo que para mí la cosa quedó perfecta. El baño relajante que necesitaba para seguir disfrutando despejada.

Por mis intereses particulares, esa ciudad me permitía estudiar temas que me interesaban enormemente. Me metía en mi cuarto a leer y me hacía mis guías de visitas para aprovechar el viaje. Fue una experiencia muy agradable para mí. Creo que no tanto para las demás agregadas de esa otra delegación y a las que yo apenas conocía. Empezaron a ponerse nerviosas porque, sin coches, en un par de días ya habían visitado la ciudad y se exasperaban al pensar que estaban en el sur de Francia y que solo iban a visitar Aix en Provence. Entonces el consejo local –directoras del curso- se planteó alquilar coches para poder hacer excursiones y visitas a los alrededores, Marsella, Arlés, Saint Remy, Avignon, calas rocosas donde darse un baño en el mar. Recuerdo una estupenda excursión a la Camarga, zona realmente bonita del sur de Francia. Dentro de todo lo austero y casi pobre de la casa, yo disfruté mucho.

Una de las novedades de ese curso anual era que teníamos que hacer la limpieza antes de irnos a la meditación de la mañana. Yo no salía de mi asombro cuando me dijeron que debía llevar una bata blanca al curso anual.

Creo que esto es lo habitual en los cursos de Numerarias Auxiliares y no sé si también en los de numerarias pero la verdad es que las agregadas nunca habíamos hecho limpieza en nuestros cursos anuales. Supongo que esta es otra forma de economizar en estos países en los que el tema de personal para la administración de la casa es bastante escaso, y de hacerles a ellas más rentable aún el alquiler a las españolas.

La verdad es que para mí esto era muy costoso. En los cursos anuales se suele cenar muy pronto y con el tema de la Meditación y Misa antes del desayuno, pasaban más de 12 horas entre la cena y el desayuno. Si a esto le sumas madrugar media hora más para hacer limpieza, muerta de hambre, la cosa se ponía un poco dura. Pero como todo lo demás me compensó bastante, el balance para mí fue positivo.

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