Estoy leyendo el punto 158 de la Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad:

"La vida cristiana es un combate permanente. Se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio" 

Sr. Ocariz sea valiente en algún momento de su vida cómo Prelado, y afronte el dolor que ha causado esa Institución a tantas personas que, durante años, hemos sufrido la sequía de la palabra del evangelio, lo que ha llevado a una manipulación de tintes diabólicos con considerables secuelas de todo tipo. Le enumero algunas: enfermedades psíquicas a porrillo ocasionadas por la nula estima de la persona; dejar en la calle sin nada a los que han entregado TODO (juventud, energías, dinero -es de buen espíritu dejar toda tu herencia a la Obra si la recibes en vida- y lo peor de todo SIN ESPERANZA. Ha sido y es un cheque sin fondos, que arrasa llevándose  LA FE, sin un atisbo de CARIDAD CRISTIANA.

No sé si su mente está sanamente ordenada para dar alguna respuesta coherente, pero por lo menos PRUEBE a ser leal y no mirar para otro lado cómo cuando, este verano, le hicieron una pregunta que reflejaba la preocupación de muchos y salió por la tangente (esto es dar gato por liebre).

Espe