Don Elías.- Mois
Fecha Wednesday, 14 March 2018
Tema 900. Sin clasificar


Escribía Nachof (el canario) una nota sobre D. Elías Llanes y me ha traído a la memoria una pequeñísima anécdota relacionada con él y con un sacerdote diocesano pero perteneciente a lo Opus, (no era numerario; no sé cómo se les denomina en la prelatura).

Don Elías mientras fue Arzobispo de Zaragoza (y después siendo Emérito hasta los últimos tiempos de su enfermedad), escribía semanalmente un artículo en la hoja diocesana, (que nos envían a los suscriptores junto con la hoja parroquial de mi pueblo), con la particularidad de que siempre, de una manera u otra en todos (TODOS) mencionaba la Trinidad. Era, según veremos luego, un enamorado o un obseso de la Santísima Trinidad.

En una ocasión, siendo él Arzobispo de Zaragoza, tuvimos una reunión con comida y Misa, unos quinientos seglares exalumnos-seminaristas de los Capuchinos de las provincias de Navarra, Cantabria, País Vasco y Aragón. Después de la comida, más o menos a la hora de la siesta, nos celebró la Misa el Sr. Arzobispo en la Basílica del Pilar (de donde era párroco el antedicho sacerdote, que antes lo había sido de mi pueblo) y el sermón, (pudiendo haber sido, como parecía lógico, de la espiritualidad franciscana), de qué trató el sermón? El Sr. Arzobispo nos dio una clase "magistral" sobre la Santísima Trinidad. Un auténtico sopor. Por algo es un gran misterio.

Al terminar la Misa nos sentamos en una cafetería cercana al Pilar, dos o tres amigos con el susodicho Párroco-Sacerdote, y yo, esperando que me echaría un rapapolvo (lo conocía bastante bien de cuando era párroco de mi pueblo) comenté al sacerdote el rollo que nos había atizado el Sr. Arzobispo, teniendo tan fácil habernos hablado de San Francisco de Asís y su vida espiritual. Y para sorpresa mía nos contó una anécdota relacionada con la obsesión del Sr. Arzobispo.

Y es ésta. Habían operado a D. Elías hacía algún tiempo de cálculos renales y le encontraron TRES piedras. Y según nos contó el narrador de la anécdota, los canónigos, sabedores del hecho, dijeron al operado: Don Elías, tanto ama a la Trinidad que la tiene hasta en el riñón.

Hasta aquí la anecdota. Que seais felices, buenas gentes.

Moisés







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