Los simpapeles de la iglesia católica.- Cyrano
Fecha Friday, 02 March 2018
Tema 110. Aspectos jurídicos


Hace poco me invitaron al acto de consagración de unos religiosos. La ceremonia fue solemne, emotiva, concurrida y festiva. Cuando estaba a punto de finalizar fueron llamando a cada uno de los consagrados para entregarles el certificado, firmado por testigos, que dejaba constancia documental de su pertenencia a la orden.

 

Este hecho, tan natural por otra parte, me sorprendió al comparar con mi caso en “la cosa”. El Opus Dei nunca entrega un certificado que dé fe de la pertenencia a la institución. Tampoco deja huella documental la dimisión... ni los “estudios internos”, ni nada de nada...

 

Podríamos decir que los miembros del Opus Dei son los simpapeles de la iglesia católica. Hoy en día el término simpapeles describe perfectamente la situación de aquellos que no tienen regularizada su situación: simplemente no tienen derechos o no los pueden hacer valer que viene a ser aún peor.

 

Lo natural, como decía antes, es que se certifiquen aquellos actos que cambian el estado y que son ocasión de derechos y obligaciones. Se certifica el nacimiento, el matrimonio, la obtención de un título... Y eso se hace para dar amparo en el derecho a unos y otros. Sin papeles no se pueden ejercer derechos, no se puede reclamar, no se puede dar fe.

 

La relación de sus miembros con el Opus Dei es contractual pero, al no estar documentada, nunca se puede apelar a instancia superior (los tribunales de la iglesia) para reclamar una eventual lesión del contrato. Todos los “trapos sucios” se lavan en casa dejando a la “madreguapa” siempre limpia y en posición dominante.

 

Esto es un abuso de proporciones galácticas. Asumir que la buena intención de la “madreguapa” o sus intereses puramente espirituales justifican su buena praxis es una falacia. Precisamente, como la iglesia militante está compuesta de hombres y mujeres falibles, existe el derecho canónico y las leyes de la iglesia.

 

Creo recordar que se nos decía aquello de “tengo el derecho de no tener ningún derecho”. Una aberración que no se puede consentir y que no sé si será del fundador pero si así fuere supongo que la ocultarían en su proceso de canonización. Mientras vivimos en carne mortal tenemos derechos y la obligación de hacerlos respetar.

 

Animo a todos los que están dentro a que soliciten su certificado de pertenencia al Opus Dei, con las fechas de las incorporaciones y con indicación explícita de su específica vocación. Es una cuestión de equidad. Si la “madreguapa” tiene en el expediente personal de cada cual una carta que da fe de la incorporación, por reciprocidad, el fiel del Opus Dei debe tener otro papel que le proteja. Y que no digan que la Obra es una familia. Las familias de verdad tienen LIBRO DE FAMILIA.

 

Bueno, y en el ámbito laboral más de lo mismo. Ya estáis perdiendo el tiempo todos los que no pedís el alta en la Seguridad Social sea trabajo interno, numeraria auxiliar o lo que sea.

 

Cyrano









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