Minucias (VIII).- Simplicio
Fecha Wednesday, 24 January 2018
Tema 115. Aspectos históricos


 

 

Marqués de M…

 

Estudié el bachillerato en un colegio de religiosos. En el último año me hice muy amigo de un compañero con el que hasta entonces me había relacionado poco y la amistad siguió en la universidad; aunque cursábamos carreras muy distintas compartíamos muchas aficiones e intereses comunes.

Un día en su casa me detuve mirando un cuadro colgado en la pared. Son cosas de mi padre, me dijo; es su título nobiliario: Marqués de M… Era un título del que yo no había oído hablar en mi vida...



Sin embargo me sorprendió que nunca lo hubiera mencionado y mucho menos había presumido de ello. Por otra parte, nada en aquella casa -de clase media, más bien sencilla- ni en el comportamiento de sus padres y hermanos hacía suponer que pertenecieran a la nobleza o aristocracia.

Yo sabía que su padre había tenido que huir durante la guerra civil y que la familia vivió muchos años en un país extranjero. Su padre siempre trabajó personalmente, como hacía entonces, y aunque se ganaba la vida dignamente no se permitían ningún lujo; y al parecer tampoco hacían ninguna ostentación del título, por más que ahora veía que el padre lo apreciaba sentidamente.

Recuerdo que lo comenté en mi casa: El padre de Alfonso es marqués. Tampoco mi familia le dio demasiada importancia; lo tomaron como una simple curiosidad.

 

Pocos meses después de esto "pité", es decir: pedí la admisión en el Opus Dei.  Durante las semanas siguientes recibí una catarata de charlas de formación, unas colectivas y otras individuales. En una de estas el director se esforzó mucho en justificar la solicitud del Marquesado de Peralta por parte del Fundador del Opus Dei y desgranó en una multitud de argumentos. Yo me asombraba de lo prolijo de la justificación y le decía que no me hacían falta tantas explicaciones. ¿Qué honor podía añadir ese título al prestigio que -según yo imaginaba- ya tenía el Fundador del Opus Dei? En mi opinión el marquesado de Peralta era un título desconocido -tan desconocido como el del padre de mi amigo-; si al menos hubiera sido un Ducado con Grandeza de España… Por otra parte también me parecía inconcebible que un sacerdote buscase honores humanos con tonta vanidad.

Por tanto, estaba convencido de que no podía haber más interés que la afección familiar para reivindicarlo. Supuse -hoy sé que equivocadamente- que el título había pertenecido a la familia de Escrivá de generación en generación; y que tal vez las estrecheces económicas de su padre le habían impedido la rehabilitación del título; y finalmente al llegar un momento en que el Opus Dei se encontraba en buena situación económica el hijo rehabilitaba para la familia el título que el padre no había podido conservar.

 

Recuerdo todo esto porque hoy, 24 de enero de 2018, se cumplen exactamente 50 años de la resolución del Subsecretario del Ministerio de Justicia, publicada al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado, dando cuenta de la solicitud de rehabilitación del título por parte de Escrivá. Al final de este escrito adjunto la correspondiente página del diario oficial.

Ricardo de la Cierva en su libro "Los años mentidos" realizó una crítica contundente de esta rehabilitación argumentando determinadas falsedades en la documentación presentada y "descubriendo" una rehabilitación previa de 1883 en favor de don Manuel María de Peralta, ciudadano costarricense, que nada tiene que ver con la familia de Escrivá. Parte de la tesis de Ricardo de la Cierva viene corroborada, por ejemplo, si consultamos la enciclopedia Espasa en ediciones anteriores a la guerra civil en las que se confirma la rehabilitación de 1883.

Sin embargo, la historia no está acabada porque parece que la rehabilitación de 1883 adolece también de importantes puntos oscuros y plantea muchas incógnita, a las que se añade el hecho sorprendente de que Ricardo de la Cierva en ediciones posteriores de su libro suprimió el apartado relativo al marquesado de Peralta.

 

Me propongo escribir algún día con más detalle de todo esto, pero por desgracia me falta muchísimo por investigar. Sin embargo quiero destacar ahora dos hechos.

 

1.- El Opus Dei no ha publicado el árbol familiar que muestre el parentesco directo de Escrivá con el primer Marqués del Peralta, quien parece ser que fue el único que utilizó el título a principios del s XVIII, con la única salvedad tal vez de su hermano (aunque esto es muy dudoso). Doscientos años de vacío hasta Escrivá. Si la relación familiar directa fuera clara, lo habría publicado.

 

2.- Casi todas las justificaciones del proceder de Escrivá presentadas por el Opus Dei son mentira.

Como botón de muestra valga esta de Portillo: "como primogénito, de acuerdo con la legislación española vigente, sólo él podía recuperar los derechos nobiliarios" (el subrayado es mío).

Esto es falso y no hace falta un denso dictamen jurídico para darse cuenta. La misma página del Boletín Oficial del Estado que publica la petición de Escrivá, inmediatamente a continuación publica también la petición de su hermano Santiago de rehabilitar otro título: Barón de San Felipe. ¿Ignoraba Santiago que "solo el primogénito podía recuperar el título"?

La falsedad de Portillo la han repetido muchos otros en el Opus Dei:

- "siendo el primogénito de la familia legitimada para reclamarlo o lo hacía él o se perdía el derecho" Rafael Gómez Pérez.

- "pero tenía certeza moral de que era el único miembro de la familia que podía promover el expediente jurídico de rehabilitación" Salvador Bernal.

- "También pensó en mí y en mis hijos: cuando yo formé una familia y mis hijos fueron creciendo, Josemaría consideró que no podía privar a los nietos de sus padres de algo que, en derecho, les pertenecía. Y es que, como Josemaría era el mayor, a él le correspondía solicitar la rehabilitación del título" Santiago Escrivá.

Pero hay más. En la misma página del Boletín Oficial del Estado que publica la petición de Escrivá, existe otro desmentido a la falsedad de que solo el primogénito pude pedir el título nobiliario. Inmediatamente antes de la petición de Escrivá, hay otra petición: la de José Antonio de Urbina solicitando el título familiar de Marqués de Vado, que había pertenecido a su difunto padre.

Pues bien, don José Antonio no era el primogénito; el mayor era su hermano Fernando, quien siendo sacerdote renunció. No hizo ninguna falta de que el título lo pidiera Fernando para transmitirlo a su hermano José Antoni. Lo cual tira por tierra, una vez más, la mentira del Opus Dei alegando que José María estaba obligado a pedir el título para poder transmitirlo a su hermano Santiago.

 

Hoy, sorprendentemente, el título de Marqués de Peralta permanece vacante. Después de cuatro años Escrivá lo transmitió a su hermano Santiago. Pero al morir éste ninguno de sus hijos quiso rehabilitarlo. Y digo que esto sorprende porque, si seguimos la versión oficial del Opus Dei de que el título fue solicitado por Escrivá, con grandes sacrificios, para beneficiar a sus sobrinos, parece que estos con su actitud de rechazo quedan como desagradecidos.

Aunque en realidad tal vez las razones para no proseguir con el título sean otras.

 

Simplicio.

 

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