¿Puede el Opus Dei dejar de destrozar personas?.- Oscariz
Fecha Friday, 03 November 2017
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Las cinco consideraciones finales del escrito de Heraldo deberían dar la vuelta al mundo, meditarlas sin acritud y estudiarlas en profundidad en la sede Central del Opus Dei, en todas las Comisiones Regionales, en las Delegaciones y en los centros de poder operativo de la institución, para sacar conclusiones.

1. El Opus Dei tiene en su entraña modos de proceder fundacionales que contravienen principios muy delicados e importantes de la Iglesia Católica. Tal es el caso de la no separación de la dirección espiritual y gobierno de la Institución llevada a cabo en la Prelatura. Como la Obra sabe que esos modos de proceder son inaceptables, los oculta a la jerarquía y se las arregla para continuar poniéndolos en práctica, justificando del modo que sea las iluminaciones del fundador.

2. En su concepto original, tal y como está configurada fundacionalmente, la Obra procede afirmando en la práctica una supremacía de lo institucional sobre lo personal. Esto ha dado lugar a consecuencias perniciosas a lo largo de su historia. Entre las más graves se encuentra el atropello que continuamente hace de las personas, a quienes utiliza a su servicio, desechándolas luego cuando ya no le son útiles y/o cuando comienzan a darse cuenta de las incongruencias del así llamado “espíritu de la Obra”.

3. La mayor parte de los miembros de la Obra, incluidos muchos directores, son buenas personas, que proceden con la mejor de las intenciones, pero que han sido deformadas en su conciencia y se ven enredadas en modos de proceder anticristianos e incluso inhumanos con el pretexto de cumplir la voluntad de Dios.

4. Es imprescindible que la autoridad de la Iglesia Católica tome con valentía cartas en el asunto y someta al Opus Dei a una revisión a fondo, a fin de rectificar lo que sea necesario. De no hacerlo y dejar que el tiempo corra, se seguirá dañando la fe de muchas personas por el descrédito que esta omisión produce.

5. Me atrevo a afirmar que la Obra no rectificará nunca acerca de la confusión entre jurisdicción y dirección espiritual, por considerarla de carácter fundacional. La declaración tan abierta y clara de Javier Echeverría en sentido contrario (cfr. carta de octubre de 2011), en la que miente descaradamente diciendo que en la Obra siempre se ha respetado la separación entre gobierno y dirección espiritual, no tiene ni puede tener otro significado que la evasión de la autoridad de la Iglesia.

Están a tiempo de parar el impresionante daño a las personas (en sus conciencias y en su personalidad) que hace el Opus Dei con su peculiar sistema de sometimiento y control.

¡Ojalá que también algún día el Opus Dei reconozca y repare los destrozos humanos causados a tantas Maricármenes Tapia que hay en el mundo, fuera y dentro de la Obra!

Es cierto que en el Opus Dei hay gente extraordinaria y extraordinariamente buena, especialmente entre los numerarios que no están afectados por algún trastorno psicológico: son quienes tienen especiales dotes suprahumanas de resistencia, de las que carecemos el común de las personas normales y corrientes que vivimos en medio del mundo, que se identifican y viven el denominado "espíritu", y son capaces de cumplir el cúmulo de reglas, normas, praxis, avisos, modos de hacer, etc... que impone la institución. Pocas personas normales pueden resistir el sometimiento que el componente "milicia" del Opus Dei exige a sus miembros numerarios. Puede que esta sea una de las razones por las que cada vez hay menos numerarios, y cada vez enferman psicológicamente más numerarios.

Gracias Heraldo por estas reflexiones que ponen luz en los vicios de la espiritualidad y ascética del Opus Dei.

Oscariz









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