Las Farras Espirituales en la Obra.- Salypimienta
Fecha Wednesday, 19 July 2017
Tema 070. Costumbres y Praxis


Me ha gustado mucho el comentario de Rocaberti sobre la "farra espiritual".

A mí también me parece absolutamente hipócrita que sólo se muestre al público la cara alegre de las actividades opusinas. Entiendo que nadie en su sano juicio pondría en Noticias una foto de algún miembro bostezando cual león en una tertulia con el Padre, pero por lo menos podrían poner fotos con seres humanos normales concentrados en los que les dice su guía espiritual. Lo malo es, que en la Obra, cualquier actividad se debe tomar como farra espiritual. Todas las actividades en grupo toman proporción de juerga, si tomamos al pie de la letra la definición de esta palabra: Diversión o fiesta animada, bulliciosa y en la que a veces se cometen excesos… y si, los excesos espirituales están a la orden del día en el Opus Dei.

Recuerdo la última vez que me tocó asistir a una “Tertulia con el Padre”, fue en una visita de don Javi a México. Lo clásico, sección femenina a tutiplén, todas super arregladas y todas con el estado de ánimo al cien: ¡¡¡vamos a ver al Padreeeeeeeeee!!! Todo el lado de mujeres fuimos llegando poco a poco hasta llenar al tope el IPADE (la escuela de negocios en México). En aquella época, aún la Obra tenía capacidad de convocatoria. Los lugares, como siempre asignados por jerarquía, que no se olvide, que en la Obra como en la granja de Orwell, “Todos los animales somos iguales, unos más iguales que otros”. Los mejores lugares siempre están reservados para miembros tipo “A”, si eres una simple cooperadora a quien no se le ven posibilidades (estas posibilidades abarcan desde "próximamente pitable" hasta "da una aportación que corta el hipo"), lo más que conseguirás es que te sienten en un incómodo banco en la última fila. Bueno, el caso es que cuando don Javi llevaba diez minutos de plática, los ánimos en aquel lugar era como si se tratara de un concierto de los Beatles, lo único que faltaba es que alguna diera alaridos de la emoción. Y eso que no nos dieron ni un miserable vaso de agua, como nos hubieran dado un vinito o así, no respondería por la integridad física del Prelado. Cada vez que Echevarría soltaba uno de sus chistes malísimos (el pobre de verdad que era un plomo), había que desternillarse de la risa a como diera lugar, si no, era muy mal visto. ¡Total! Que al final, eso parecía un verdadero jolgorio espiritual, por lo menos había que aparentar que uno se lo estaba pasando increíblemente aunque estuvieras pasando el peor aburrimiento de tu vida.

Lo mismo pasaba con cada actividad que involucrara cualquier cosa semejante a un festejo. Hasta esos bodrios de tertulias de fiesta “A” tenían que tener la apariencia de parranda, y ahí sí, que ni con el vino blanco dulce tibio con el que brindábamos (mi peor tortura) te entraba la alegría por ningún lado. Mejor te hartabas de comer a dos carrillos las delicias que cada una traía al festejo en lo que oías las fantásticas aventuras de la “directiva” que enviaban de la Dele, o si eras muy afortunada de la Asesoría sobre historias que te sabías de memoria. Pero eso sí, tenía que parecer un fiestón. Por eso, no me extraña nada, que los encargados de las películas y de las fotos que se van a mostrar “urbi et orbi”, se procure que de verdad parezca que los de la foto se lo están pasando como de juerga. Algún vivo ha de pensar que así atraerán más personas. Deben pensar que puede ser muy atractivo para los de fuera, ver que todas las actividades de Casa son una verdadera fiesta espiritual. Besos a todos.

Salypimienta.









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