¡Ama y haz lo que quieras! Para José Carlos.- Carmen Charo
Fecha Monday, 02 August 2004
Tema 040. Después de marcharse


Querido Jose Carlos, ¡Bienvenido, si no viene contigo el sacar de quicio las cosas!

Me sorprende que cites a Jose Antonio Pagola, porque no es bien visto por la obra y por los demasiados ortodoxos. Si tu ahora estás de acuerdo con la cita, te diré que te has quitado de encima mucha de la carga "opusiana", ya que lo que dice es contrario, muchas veces, al modo de actuar de la obra. En ella aprendimos lo contrario exactamente de lo que dice la cita. "Lo que verdaderamente da gloria a Dios es vernos llenos de vida..... la gloria de Dios es que viva el hombre" Ni que decir tiene que hay infinitos ejemplos en la obra, el más cercano el de Ana Azanza, de cómo se va constriñendo la vida reduciéndola a una obediencia ciega y a un cultivo permanente de la inseguridad personal. Bueno, pero nos pides que no nos volvamos a cebar en el tema, así que me callo.

Contestando a tu pregunta, por supuesto que sí es posible seguir creyendo y practicando lo bueno del espíritu de la obra. Aunque tengo que decir, que el espíritu de la obra no es exclusivo suyo. Es más añadiría que la obra lo que hace es prostituir todo un modo de acercarse a Dios, porque lo vacía de contenido quedándose en la superfice, en la apariencia, en la contabilidad de unas prácticas, e incluso va más alla, porque miente. Creo que la obra como institución no cree para nada, por ejemplo en la vida eterna, ya que se burla de todo usando la mentira para defender temas que le interesan, usa de las personas como si fueran pañuelos de papel... (Vuelvo a la carga, perdón.)

Querido Jose Carlos, claro que es posible encontrar realmente a Dios al haber dejado la obra. Precisamente es cuando muchos, nos sentimos más cerca de Dios que nunca. Yo quiero también aclararte que no he aprendido a vivir la fe en la obra. En la obra, lo que hemos hecho muchísimos es tocar fondo. Ha sido lo que Dios ha permitido para que lleguemos al fondo del abismo, dónde ya sólo queda subir hacia arriba con su ayuda, ya que la buena voluntad y la sinceridad personal, nunca nos faltaron.

La obra ha sido necesaria para todos. Gracias a haber pasado por ahí, hemos podido descubrir el Amor de Dios inmenso por cada uno, lo grande que es la persona humana, lo bonita que es la vida, y tantas cosas más. El hambre de Dios ya la llevábamos cada uno al llegar a la obra, lo único que hicieron, a la inmensa mayoría de los que vistamos esta web, fue matar nuestra inocencia.

Una vez fuera de la obra, poco a poco nos hemos ido recomponiendo y hemos sido capaces de volver a ver a Dios, que siempre ha estado a nuestro lado. Y, aunque no vayamos a Misa los domingos, ni nos confesemos, somos las mismas personas radicales de cuando pitamos, y procuramos mirar a los ojos a los demás en el trabajo, en la tienda, en la calle, ayudamos, escuchamos. Pero, no por mortificación pensada, sino porque tenemos la seguridad de que el otro es Dios. Y lo mismo pasa con todo. Procuramos ser honrados en todo, en el trabajo y en todas las manifestaciones de la vida.

Yo tampoco hago oración mental, sino que procuro hacer un silencio atento a la presencia de Dios. No hago planes, sino que procuro escuchar a Dios, sin haber leído antes ninguna meditación. Estoy atenta, simplemente procuro disponerme bien para saber oir y escuchar a Dios.

A casi toda la lista que haces hay que darle la vuelta. Por lo menos yo, he tenido que volver a entender de forma nueva cada palabra de la espiritualidad, y todavía hay algunas a las que no he llegado. Por lo tanto, claro que es posible vivir muy cerca de Dios, pero creo que lo que tu sigues teniendo es obsesión por las formas, que es lo que te hace ortodoxo o no, lo que te salva o no, y ahí creo que estás equivocado. Dios sería un enano si nos condenara por no ir a misa los domingos, o por comer carne el viernes santo. ¿Tu eres así? No, verdad?...Pues Dios... imagínatelo. No digo que no haya que llegar a eso, pero no es primero el cumplir y luego el entender, sino al revés. A Dios le importa nuestro corazón, no nuestras obras, lo contrario que hemos aprendido en la obra.

Bueno, Jose Carlos, relajate y no sufras por salvar a la humanidad, que Dios vela por cada uno y no le hacemos falta ninguno. ¡Ama y haz lo que quieras!

Un abrazo.

Carmen Charo







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