Sobre informes de conciencia y otras cosas.- Luciana
Fecha Monday, 22 May 2017
Tema 010. Testimonios


Leyendo el fin de semana los aportes de los últimos días me he enterado por Stoner de la existencia de los informes de conciencia (ya otros habían tocado el tema previamente aunque yo lo desconocía). ¡Y es que la Obra no deja de sorprenderme! En cuanto a estos informes, me surgieron algunas dudas que quizá me podáis despejar:

¿Cuándo se dejaron de hacer? Y ¿Eran informes solo sobre las conciencias de los numerarios/as o también se redactaban respecto de quienes fuimos supernumerarios? –esto por la cuenta que me trae:- )

¿Y se hacían sobre todos los miembros de la Obra? Me pregunto si hubo informes de conciencia de Don Álvaro, Don Javier o inclusive de San Josemaría. Quizá el Padre esté exento.

 

Para Stoner: sobre dónde recae la mirada de los numerarios

Yo nunca tuve la impresión de que me miraran el escote. No recuerdo haber notado nada raro en los numerarios, más allá de que en la misa al momento de dar la paz lo hacían con un apretón de manos, lo cual en mi país es inusual. Aquí al Sur nos damos la paz con un beso en la mejilla, sea quien sea que uno tenga al lado en la Iglesia. Los únicos que se inclinaban para atrás cuando amagabas a darles un beso y te extendían la mano eran los numerarios. Si hasta ese momento una no se había dado cuenta este gesto los delataba. Cuando algún numerario venía a mi casa a visitar a algún familiar o por algún otro motivo algunos miraban al piso, a la pared o por encima del hombro. Otros eran más extrovertidos y me saludaban con un beso, me miraban a la cara y hablábamos normalmente. Honestamente nunca me sentí incómoda con ninguno. Eso sí, cuanto más prohibido más atractivo. Si en una reunión había 9 hombre solteros y un numerario, pues las mujeres en su mayoría iban a fijarse en este último. Cuando a una reunión familiar venían mis hermanos numerarios a mí no me gustaba que otras chicas les coquetearan. ¡Y vaya si lo hacían! Era una situación bastante incómoda para ellos.

 

Para Astrid

Fue muy bueno que hayas escrito. Luego de leer tu carta pensé que la podrían haber suscrito cualquiera de mis cuñadas. Tu marido no te quiere menos porque no lo diga o porque no haga lo que tú esperas que haga (aunque sea lo más usual). Él ha vivido una realidad diferente a la de otros hombres de su edad. Por ello no puedes medirlo con la misma vara. Por algún motivo te has enamorado de él. Piensa en ello y rescata lo bueno que tiene y por favor no resaltes lo negativo. Igual es comprensible lo que dices. Me imagino que a él le gustaría colmar tus expectativas y se debe sentir mal por no poder ser quien tú quieres que sea. Amiga, piensa realmente si tú quieres que Juan deje de ser Juan para ser otra persona diferente. Yo creo que no. Creo que lo amas y lo necesitas; de la misma forma que él te ama y te necesita a ti. Sé comprensiva y ten paciencia; y no le hagas la vida muy dura. Si él no quiere hablar de algunas cosas, tiene todo su derecho a callar. Respétalo, ámalo como solo tú puedes hacer, dile que estarás a su lado y dale seguridad. Es el hombre con quien has decidido formar una familia. Dale  una oportunidad y date una oportunidad a ti de ser feliz con él. No puedes cambiar su pasado pero puedes hacer muy bonito su presente.

Sabes que cuentas conmigo si necesitas hablar.

 

Para Daniel

Comienzas tu aporte con la palabra “libertad”. Por favor, permite que otros hagan uso de su libertad sin cuestionarlos. En la medida en que no te perjudiquen ¿Qué nos importa a nosotros que Fulanito o Sultanito sigan perteneciendo al Opus Dei si es que así lo desean? Hay mil motivos por los que una persona puede seguir viviendo en un centro. Juzgarlos sería adoptar una postura de superioridad que es justamente lo que muchos reprochamos a la Obra. Y además, porque puedes herir los sentimientos de algunos numerarios/as que nos leen y quizá estén pasando ahora mismo por un mal momento. Si además de sentirse mal dentro se sienten juzgados, acusados, presionados por fuera, no les hacemos ningún favor.

Un saludo a ti y a quienes leyeron estas líneas. Muchas gracias por vuestros textos. Hacéis mucho bien publicándolos.

Luciana









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