Cambios en la Obra.- Alter Alterius
Fecha Monday, 15 May 2017
Tema 070. Costumbres y Praxis


Cambios en la Obra

Alter Alterius, 15/05/2017

 

Soy numerario y no suelo escribir aquí aunque leo todo lo que se publica. Por razones que no voy a detallar aquí no he pensado en irme de la Obra. Hoy haré una excepción y voy a escribir algo.

Como bien sabe Stoner (al que creo que no conozco) un cambio en la Obra no es posible. Se pueden cambiar detalles pero no cosas importantes, y lo que verdaderamente hay que cambiar son cosas importantes: besar o no el anillo del prelado tiene interés, pero es insignificante si tenemos en cuenta las grandes carencias que afectan a la Obra.

D. Javier no cambió nada. Fue el prelado que no supo darse cuenta de que se estaba quedando sin gente y que los mejores se le iban...



Insistió en la campaña de los 500 después de verla fracasar: seguía nombrándola aunque no se sabía si eran 500 en total, en cada región, en un tiempo determinado... No dudó en atacar a Antonio Pérez Tenessa, Carmen Tapia, y a quien fuera. Engañó a todos (a los de la Obra y a la Santa Sede) con la carta del 2/10/2011. Derrochó crueldad con D. Antonio Petit. Se lanzó a una campaña estéril de expansión a otros países que debilitaba la labor en los que tenían que aportar los recursos humanos. Dijo que los numerarios teníamos libertad para entregar o no el sueldo en la Obra... pero lo dijo por fuera, y dentro lo siguió exigiendo aunque se opone a lo establecido en los Estatutos. Dijo que la mayoría de los subnormales lo son por la falta de castidad de sus padres... La lista de actuaciones reprobables y meteduras de pata es inmensa. Ahora están empezando a decir que recojamos testimonios de la fama de santidad de D. Javier. Yo no creo que fuera un santo ni mucho menos.

 

No es posible que D. Fernando Ocáriz promueva un cambio en la manera de funcionar de la Obra, al menos en las cuestiones importantes. Puede haber cambios accesorios en temas secundarios, pero no en los grandes fallos de la Obra. Falta de libertad en la dirección espiritual. Falta de transparencia en la historia de la Obra. Falta de información sobre el desarrollo de la labor. Presiones para hacer solicitar la admisión en la Obra a menores de edad. Engaño sistemático respecto a la figura de los Aspirantes. Presiones (a veces brutales) para evitar que alguno solicite la salida de la Obra. Abuso económico sobre numerarios y agregados. Falta de fraternidad en los centros (especialmente en los centros de mayores). Diferencia de aplicación de criterios a unos miembros de la Obra y a otros. Sometimiento exagerado a unos directores con ínfima cualificación. Directores eternizados en cargos. Exagerada estructura organizativa con un ejército de directores y oficiales que no viven la discreción obligada de la intimidad de las personas. Falta de libertad en el discernimiento vocacional en los diferentes pasos de la incorporación. Falta de una verdadera labor social. Los manejos económicos que acompañan las escasas actividades que tienen proyección social. El entramado de inmibiliarias, ONGs, y otras actividades para conseguir aumentar los ingresos de manera fraudulenta. Personas contratadas para tareas internas sin un contrato de trabajo, ni derechos laborales, ni sueldo, ni contribución a los impuestos. Uso de fármacos para conseguir el sometimiento de las personas. Índice de libros prohibidos. Películas recortadas. Documentos e instrucciones secretas. Exigencia de un trabajo exagerado por parte de la administración. Elitismo de las numerarias respecto a las numerarias auxiliares. Aceptación de las indicaciones de la Santa Sede de que la Obra NO pertenece a la organización jerárquica de la Iglesia. Normas litúrgicas poco prácticas, ya suprimidas, obsoletas. Claridad respecto a la pertenencia o no a la Obra de colegios e instituciones. Abuso del ascendiente de los profesores de los colegios para hacer un proselitismo insensato con menores de edad. La falta de felicidad de las personas de la Obra como prueba evidente de que las cosas no van bien... Seguro que me he olvidado de citar cosas mucho más importantes.

 

No ha habido un cambio real en la dirección espiritual, utilizada como sistema de control, presión e información por parte de los directores. De vez en cuando nos vemos obligados a tener que someternos a "hacer la charla" con gente que uno conoce bastante bien y que no tienen ascendiente ninguno. No es verdad que haya libertad. Te dicen con quién tienes que hacer la charla (y se exige que tengas sinceridad salvaje, claro). En un curso anual te puede tocar una persona que no te conoce de nada o alguien valioso... o alguien que carece de las más elementales cualidades para ser director de almas o cuyos defectos son tan manifiestos que mejor sería que se quedara en su casa. La violencia que supone esa imposición de un director espiritual concreto hay que aguantarla. Igual ocurre con el confesor. O con el predicador de un curso de retiro con el que hay que hablar aunque uno no lo desee. Es verdad que en un caso extremo puedes negarte y no te van a obligar, pero en la práctica esas limitaciones las puedes plantear excepcionalmente, y suelen ir seguidas de represalias (más o menos sutiles). La pérdida de la confianza de la Obra en uno de sus numerarios es un castigo muy duro de sobrellevar. No se puede hablar de libertad si haces una cosa a la que tienes derecho y los directores procuran vengarse donde te pueda doler.

 

Aparte queda la escasa calidad en los medios de formación que imparte el Opus Dei y que sólo son adecuados a los primeros años. Y con unos miembros de la Obra más iguales que otros, que los mismos criterios se aplican distinto según quien sea cada uno. Y una de las actuaciones más conseguidas: cuando te dicen que esto no lo cuentes porque no nos entenderían, porque la Obra es un fenómeno peculiar en la historia de la Iglesia y la gente no nos entiende porque tienen mentalidad clerical... cuando la realidad es que no nos entienden porque determinadas actuaciones son incompatibles con el cristianismo. ¡Qué vergüenza les tendría que dar cuando el aop publica alguna "aclaración"!

¿Cuánto dinero se consigue pidiendo pensiones para personas que no tienen derecho a ellas porque debían haber cotizado como cualquier ciudadano? ¿O aprovechando el accidente de las numerarias auxiliares mexicanas para pedir dinero para el entierro? ¿Cuánto dinero han aportado los ancianitos entusiastas para la labor en Rusia? ¿Cuánto dinero se obtiene con la misma foto del mismo negrito para la Universidad de la Santa Cruz? ¿A qué se dedican tantos directores y oficiales? ¿Por qué los sacerdotes de la Obra apenas colaboran con las diócesis? ¿Cuándo se van a publicar las verdaderas estadísticas de lo que ocurre en el Opus Dei?

 

No. Los cambios no los puede hacer el prelado por mucho que mande. Los demás no lo dejarían. Además está establecido así: el prelado no puede cambiar nada, sólo cosas accesorias y con permiso del consejo general.

 

La única posibilidad es que el cambio venga impuesto por la Santa Sede para evitar los abusos que se cometen contra los fieles que, con buena voluntad, pertenecen a la Obra o participan de la labor que hace; aunque sin duda se les estorbaría el trabajo a los que vinieran a poner orden aquí. Desde luego puede ocurrir como con la dirección espiritual: que una advertencia de la Santa Sede se concrete en una carta cínica y embustera, y que pasado un poco de tiempo todo siga igual que antes, en cuanto la Santa Sede ha mirado para otro lado. Puede bastar con llevarse a Roma desde Argentina a dos personas con mucha amistad con el Santo Padre (D. Mariano Fazio y D. Carlos Nannei) para asegurarse de que no da ningún paso en contra de la Obra y minimizar cualquier medida que quiera tomar. Yo confío en que antes o después no será posible mantener la actual situación. Hay unos Estatutos aprobados por la Santa Sede; un día alguien se dará cuenta de que no se cumplen, que es un abuso sobre las almas, 

De momento creo que ha sido el mismo Dios el que ha tomado la decisión de acabar con los abusos de la Obra. Ha suprimido el don de las vocaciones. El número de incorporaciones es mínimo. La Obra tiene el lamentable record de ser la institución de la Iglesia en que más miembros deciden no seguir adelante; y eso no es porque caen las ramas secas sino porque la gente se harta de abusos. El prestigio que acompañaba a los sacerdotes de la Obra se ha convertido en la desconfianza que provoca el integrismo y fanatismo de la mayoría de ellos. En los centros de la Obra la edad de los numerarios ha aumentado alarmantemente. La labor de San Rafael está en manos de personas muy mayores, lo que provoca una pérdida del entusiasmo necesario para el trato con la gente joven. Cada vez se ordenan menos sacerdotes. Los centros de estudio han disminuido de número y se están quedando vacíos. La labor con universitarios ya casi no existe. ¿Qué tendría que suceder en la Obra para que alguien de los que mandan se dé cuenta de que las cosas tienen que cambiar y ponga los medios? ¿Qué necesita la Santa Sede para decidir que es mejor intervenir antes de que el daño a las almas sea mayor? Pienso, como ya he dicho, que Dios ha intervenido; pero los resultados son lentos y mientras tanto se hace un gran daño a las almas.

Directores que me leéis: sabéis que digo la verdad. Olvidaros de que tenéis la obligación de "defender la Obra": vosotros tenéis que defender a Dios. Defendéis al Opus Dei cuando defendéis el carisma que realmente tendría que tener, no la chapuza que actualmente existe en que hay que hacer cada vez cosas más ilícitas para mantener el engaño. Un día Dios os pedirá cuentas. ¿Creéis en Dios? ¿Y en el Juicio? Por favor, por vuestro bien, sed consecuentes, actuad como cristianos. Sed libres en el pensamiento y llevad a la oración lo que digo aquí. No juguéis con vuestras almas y las de los demás. Sed sensatos. Una cosa no es buena porque lo digan los directores que están más arriba sino únicamente si se ajustan al querer de Dios. Tened criterio y valentía.

En el mes de Mayo la Virgen nos ayudará a todos

Alter.Alterius







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