Si abandonas la Obra dejas a Dios con ella. Para María.- Iván
Fecha Monday, 26 July 2004
Tema 060. Libertad, coacción, control


Querida María:

Por como contabas en tu primera carta la relación con ese chico, no sé por qué, pensé que era algo pasado de lo que te quedaba una "espinita", pero veo que es algo mucho más profundo.

Te pido disculpas por lo que escribí, tan brusco, que provoco en ti ese desgarro interior del que me hablas. Solamente resumía mi propia experiencia de hace años, cuando era de la Obra, y una joven y yo nos enamoramos. En mi caso no hizo falta que ella me exigiera esa elección puesto que para un agregado (que dentro de la Obra no se puede casar) ya está presente desde el momento en el que empiezas a sentir algo por una mujer.

Nada más hacerte del Opus Dei (por activa, por pasiva y por circunfleja) te llevan a identificar a la Obra con Dios, de tal manera que si la abandonas dejas a Dios con ella. Te cito algunas frases que el Fundador decía:

"Hijos míos, si no pasáis por mi cabeza y por mi corazón no llegaréis a Dios." (Por lo que al dejar la Obra ya no pasas por esa cabeza y ese corazón y no puedes llegar a Dios.)

"No doy un duro por el alma de un hijo mío que abandone su vocación."

"Prefiero que me digan de un hijo mío que se ha muerto antes que ha dejado la Obra."

"El que deja la Obra, además de perder su felicidad temporal, muy posiblemente pierda también la eterna."
(Por lo que si te vas sientes que serás infeliz y contigo la persona con quien vas a compartir tu vida.)

"Hijos míos, la gracia más grande que habéis recibido después de la fe, no lo dudéis, es la de la vocación."

Y esas palabras tienen mucha fuerza porque vienen de boca de alguien a quien los de la Obra ya consideraban santo en vida (y que él no hizo ni un guiño de humildad para contrarrestar esa creencia, todo lo contrario). En la Obra se decía, mientras yo estuve dentro, que el Fundador posiblemente era el santo más grande de la historia; ahora no sé lo que dicen, pero me imagino que cantinuan afirmando lo mismo.

Junto a esas frases están las que los miembros deducen por su cuenta y que te repiten continuamente como: "Es tan grande la vocación al Opus Dei que si no hubiera sido por ella Dios no nos habría creado." (ésta última no sé a ciencia cierta si es del Fundador, por eso no la afirmo como de él) o "La corrupción de lo bueno es pésimo, la mayoría de los que abandonan la Obra pierden al fe y muchos terminan siendo unos degenerados.", etc., etc.

Además se encuentra la presión que en ese mismo sentido produce el que todos los que allí te rodean vivan acorde a esas ideas, lo que es intrascribible por ser gestos, silencios, énfasis, tonos de voz, etc.

Como la Obra te hace identificar la sinceridad hacia Dios con que le cuentes todo a tu director, le explicas tus dudas sobre la vocación y entonces pasan a multiplicar la presión sobre ti. Lo normal es que enseguida te manden a un curso de retiro o convivencia especial (a donde va un informe sobre tu estado, lo que tú desconoces, por lo que no respetan en nada tu intimidad), allí algunos son especialmente cariñosos contigo (a quienes les piden que te cuiden), en las charlas y meditaciones que dan a todos sientes como si lo que algunos comentan "fuera lo ideal para tu caso" y es porque al saber ellos como "es tu caso" aprovechan esos medios generales para que parezca que es el Espíritu Santo quien ha puesto en boca del que lo da esas palabras, cuando la realidad es que ha sido un informe de como te encuentras lo que les hace hablar así, etc.

Ante esa fuerza sobrehumana es imposible elegir y cedes a su presión. Por eso, con gran dolor, yo abandoné a esa joven de quien estaba enamorado; y el resumen de mis vivencias de entonces es lo que tan escuetamente te dije en mi primera carta: "para alguien que se encuentra bajo la mentalización de la Obra, darle a elegir entre el Opus Dei y una persona es darle a elegir entre Dios (salvación eterna incluida) y esa persona".

María, no te mortifiques pensando en que no debías haberle hecho optar entre la Obra y tú. Se habría marchado de todas formas. En vuestra relación el trío María--Opus Dei--Hombre era insostenible y por eso tú lo verbalizaste pidiendo que sacara a la Obra del lote, pero aunque no lo hubieras hecho no por eso la relación habría dejado de ser insostenible y más tarde o más temprano habría acabado saltando por los aires.

No sé si la carta de hoy te sirve para algo, con ella pretendo, al ser más explicito y saber más sobre tu caso, suavizar un poco ese desgarro del que me hablas.

Me dices: "sería capaz de inundarte a preguntas pero creo que no existen las respuestas". No estoy de acuerdo contigo. De la misma manera que tu primera carta con sus preguntas te ha llevado a obtener respuestas, otras preguntas posteriores también pueden dártelas. Si lo deseas pídeles a los orejas mi dirección de mail y me escribes.

Con cariño,
Iván







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