Lo que el Opus Dei me robó.- Orange
Fecha Monday, 01 May 2017
Tema 010. Testimonios


Fui socio del Opus Dei desde los 18 años hasta los 33. Durante esos 15 años me dediqué con entrega total, máxima lealtad, entusiasmo, fervor y amor a la Obra. Jamás recibí una queja de los directores. En los últimos tiempos de ese periodo, se despertó en mi espiritualidad la necesidad profunda de hacer preguntas y pedir explicaciones, de buenísima fe, sobre muchas cosas del espíritu de la Obra que no me encajaban y que llevaba tiempo rumiando. Los temas serían largos de detallar, pero os los podéis imaginar pues son muy parecidos a los que les han pasado a la mayoría. Pues bien, todo ello lo hablaba en la charla, con el director, con el cura y con otros curas que creía que eran amigos, siempre dentro de la Obra. También lo hablé con directores de la delegación, siempre buscando con actitud sincera y sin ningún espíritu crítico respuestas a mis planteamientos e inquietudes sobre muchos aspectos de la Obra que yo me cuestionaba. Nunca estuve en mal plan. El proceso llevó meses. En mi caso, por suerte, no me mandaron al psiquiatra.

Reiteradamente nunca obtuve explicaciones medianamente convincentes sino solo respuestas repetitivas de tipo autoritario (las cosas son como son...), sin apenas entrar en razonamientos aceptables ni atisbos de favorecer un diálogo constructivo. Eso sí, me decían que ojo con la soberbia.

En realidad no me escucharon, no me atendieron, no hicieron caso de mis sentimientos, ni se tomaron la molestia de estudiar o consultar mis cuitas, no me tomaron en serio; me ningunearon. En definitiva, no me consideraron como PERSONA. Vi al final muy claro que o me amoldaba a su inamovible erre que erre o me iba. Y por eso, me fui.

Después, me quede espiritualmente solo y desamparado. Ningún socio de la Obra se dignó tener el más mínimo contacto conmigo. Todos me dieron la espalda, a veces físicamente. El corte fue tajante y brutal. Personas de la Obra a las que yo quería, con las que tenía complicidad amistosa no me volvieron a mirar a la cara ni se dignaron tomar un café. Tenía un terrible sentimiento de culpa en mi soledad que me amargó mucho tiempo. Llegue a sentirme un gusano ¡Ojalá hubiera existido Opuslibros en esos años!

Tras una dura y larga transición rehíce mi vida cristiana por los caminos normales de la Iglesia, siempre minusvalorados y despreciados por ellos, que se sentían superiores, como si los curas diocesanos o los religiosos fueran de segunda división. Ahora me encuentro, gracias a Dios, a un par de sacerdotes "normales" y al apoyo de mi familia, recuperado para la Fe y para la alegría del Evangelio, como tiene que ser. La ayuda de Opuslibros desde que lo descubrí ha sido inestimable pues me he sentido muy arropado al conocer tantos casos similares.

Ahora, desde la atalaya de mis 64 años, considero dilapidados aquellos 15 años que podrían haber sido la flor de mi vida, cuando se forjan los más bonitos proyectos vitales, profesionales, amorosos; cuando se fraguan los más bellos sueños y las aspiraciones más grandes y nobles. Todo eso, el Opus Dei me lo negó, me lo aplastó, me lo destrozó, me lo laminó, me lo robó. Si: el Opus Dei me robó la flor de mi vida, el Opus Dei me robó mi juventud. El Opus Dei me engañó, me toreó y me usó para sus fines desde el primer día hasta el último. No sé cómo pude ser tan imbécil durante tanto tiempo. Yo acuso al Opus Dei de haberme tenido 15 años sirviéndole como un robot, y al final siendo un objeto de usar y tirar. Me dejó muchas marcas negativas en mi alma

Por eso yo maldigo al Opus Dei ante Dios y ante la Iglesia. Porque si Portillo maldijo y va para santo, ¿por qué yo no voy también a tener derecho a maldecir? Pido a Dios que confunda al Opus Dei por su sibilina maldad, su hipocresía, su ausencia de caridad y amor cristiano, su desprecio hacia las personas como tales y la arrogante y taimada soberbia en la que vive inmerso, que le rezuma por todos sus poros. Esta es mi verdad. VADE RETRO,OPUS DEI.  

En esta web, muchos "ex" damos nuestros sinceros testimonios, casi siempre con un estilo cuidado y suave, por no herir. Y si a veces nos pasamos de la raya, Agustina recorta. Sin embargo a ellos no les tiembla el pulso a la hora de maltratar y ningunear a las personas. No solemos expresar las cosas con las palabras fuertes y contundentes que describirían muy bien toda nuestra rabia. Somos comedidos. Nos expresamos con educación y moderación, porque reprimimos el fuego de nuestra profundísima indignación con el Opus Dei por todo lo que nos engañó e hizo sufrir, que es mucho, mucho, mucho. Porque, a diferencia de ellos, la mayoría somos cristianos y perdonamos al que nos hizo el mal, actitud que ellos desconocen.

Observo ahora como el Opus Dei se está hundiendo poco a poco y las peripecias patéticas que hacen para disimularlo. Dña. M. Carmen Tapia escribió que Dios nada tiene que ver con el Opus Dei... ¡y qué razón tenía!. Allí solo funciona la soberbia y el sectarismo. Cuanto menos Opus Dei haya, mejor para las personas y para la Iglesia. Porque esa secta no va a cambiar nunca. No van a rectificar nunca. Su orgullo y su soberbia son demasiado fuertes como para hacerlo.

No encuentro mejor forma de calificar al Opus Dei que aquellas terribles palabras... "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia." (Mt 23:27).

Orange.  









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