Cegado por mi amante la Obra.- Ignacio Ricardo
Fecha Friday, 28 April 2017
Tema 020. Irse de la Obra


CUANDO MI VIDA de amante de la Obra yo estaba, si no enamorado, sí cegado. Y, con frecuencia, oía expositores que nos hacían sentir que quizá éramos indignos, "que nos habíamos colado", que no estabamos a la altura requerida; consecuentemente, yo me cuestionaba y me sentía indigno... ¡Ah! pero predominaba en mí la confianza en mi amante y, amoroso, me esforzaba, salvo en mis debilidades más enraizadas. (En éstas, me atenía a la confesión y a la dirección espiritual.) Y seguía mi romance, entregado a mi amante.

Hasta que, un buen día -sí, muy buen día- logré "colarme". Y ME FUI, me fui a vivir mi vida, dejé a mi amante. Bueno ella fue la que me dejó; sólo que lo hizo por mis irremediables infidelidades. El caso es que yo me gané el rompimiento de tal relación y superé el hechizo -sin comillas-, me colé pa' fuera, para afuera de la entrega que, de otra manera, hubiera seguido siendo total -sí: ¡total!-; salvo, obviamente, mi naturaleza humana, excesivamente humana.

(He optado por ser breve y no ahondar mayormente acerca de una de mis primeras amantes; luego he tenido dos esposas: la primera es muy amiga mía y madre de una mujer excelente y un gran hombre al que adoptamos, la segunda es mi adoración actual y con ella tengo una gran mujer, muy madura y un joven no tan maduro pero que ahí la lleva; en ello estamos luchando: él, su mami y yo.)

Ignacio Ricardo









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=24629