La voz de los muertos.- Lizzy Babieca
Fecha Wednesday, 22 March 2017
Tema 115. Aspectos históricos


Hace algunos días que leí el breve intercambio epistolar entre don Javier Echeverría y M. del Carmen Tapia, ambos difuntos. Entendí poco. Me dio la impresión de dos personas con familia en común, algo así como dos hermanos disgustados. Es claro que uno se considera agraviado por la segunda, y por ello escribe. Los motivos son más bien pobres: "Que has dicho esto de papá y se han enojado y escandalizado fulanitos", "Que papá nunca te llamó puta, o que había que nalguear a zutanita", "Que lo que dijo es que prefería que no se confesaran las mujeres con sacerdotes fuera de la obra"... Pero por sobre todo: "Que papá no tenía la voz atiplada, ni era amanerado!!!".

Yo a san Chema lo encuentro exagerado para hablar y medio amanerado, pero conozco gente así y uno se acostumbra. Cada uno es como puede. Como que da lo mismo que se diga eso de él, ¿o no? Pero parece que SÍ IMPORTA, tanto así que hasta se deja por escrito y en una carta que obvio que todos íbamos a leer..."¡Ojo que papá era terrible macho, eh!"

M. del Carmen, en respuesta, se remonta a una entrevista anterior, en la cual d. Javier habría hecho el compromiso con ella de restablecer su buen nombre ante la Iglesia, cuestión por la que "sigue esperando". Y lo llama abierta y firmemente calumniador, en razón de las dos acusaciones que le hace d. Javier en la causa de canonización de san Chema. Ambas acusaciones son –oh sorpresa- de la misma índole, las así llamadas "aberraciones" (relaciones sentimentales). Como sabemos por el libro de M. del Carmen, la primera se la relaciona con un sacerdote, mientras que la segunda sería con "algunas mujeres de la obra"… ¡Qué aburrido d. Javier! Habiendo tanto material en la doctrina de la Iglesia, echó mano a lo más fácil, que era ver romances de M. del Carmen por todas partes. Yo creo que ella era una persona carismática y muy seductora. Todavía no entiendo cómo pudo hacerse abrir un código postal en Roma, estando prisionera, ni como pudo concitar la ayuda de Gladys hastael final, llegando ésta a desafiar hasta al mismísimo san Chema. Claramente, M. del Carmen era una persona de carácter. Me sorprende su temeridad. Y sufrió tanto, precisamente por lo mismo. ¡¡Cómo se le ocurre decirle a san Chema, y en su cara, mentiroso!!

Leer "Tras el umbral", es leer una historia de intrigas políticas, adornada con oratorios, sotanas y velas. No quiero herir la sensibilidad de nadie, pero en varias ocasiones da esa impresión, por lo menos a mí. Toda la intentona de M. del Carmen de conseguir la sublevación de las que le eran fieles en Venezuela, ¿qué es, sino un golpe político? Cierto que el trato que se le dio fue indigno, totalmente anticristiano, y la razón detrás del comportamiento corporativo de la cúpula del Opus Dei es clara: M. del Carmen desafiaba al fundador con ideas propias y tenía personas que le eran fieles en el Opus Dei... ¿Qué pretendía sino el mobbing que se le dio, hasta quebrantarla? Quizá pensó que ganaría, después de todo era una líder nata.

…Lo cierto es que los hermanos nunca se reconciliaron. Él no tenía argumentos y ella no tenía miedo.

Lizzy Babieca.









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