Como aconsejado por Agustina en la última puesta al día, volví a leer “Mi vida en el Opus Dei” de Fueraborda. He vuelto a emocionarme y a remozar sensaciones y emociones que todos compartimos, por acá. Recientemente había vuelto a leer la historia de la salida de Novaliolapena, e igualmente he vuelto a decir por mis adentros “Gracias a Dios, nos fuimos!”. También, leyendo estos relatos, me consuela ver como es posible que también en quien estuvo con encargos de dirección es posible encontrar rectitud de intención y honradez.
Muchas veces damos por sobreentendido nuestro agradecimiento, y esto no es bueno: hoy escribo sólo por esta razón, para volver a agradecer a todos aquellos que ha compartido aquí sus vivencias, y a Agustina por mantener viva y pujante esta página.
Aquilina