Cuando alguien pasa una enfermedad, siempre se siente más comprendido por personas que con anterioridad ya pasaron por la misma enfermedad.

Y es que nadie sabe cómo es un dolor de oídos, por decir algo, hasta que no lo experimenta.

Cuando uno sufre en la obra o, cuando se va, le cuesta compartir ese dolor con los demás, entre otras cosas porque nota que la inmensa mayoría de la gente no sospecha el dolor tan intenso que uno siente, lo mucho que ha sufrido y la herida tan profunda que tiene.

Sin embargo, aquí en Opuslibros, sí que sabemos a qué sabe exactamente el dolor de la obra, sabemos, por experiencia, cómo duele la herida que la obra deja en el cuerpo y en el alma, cómo machaca y sus devastadores efectos secundarios. Pero, gracias a Dios, sabemos también qué esa herida se puede ir curando y cerrando poco a poco y el dolor puede ser cada vez menos intenso y que incluso puede llegar a desaparecer.

Ese es el mensaje que os quería transmitir para este Nuevo Año… ¡Hay esperanza!

No os desaniméis, no estáis solos en ese dolor…. Aquí se os comprende porque hemos tenido la misma herida.

Un fuerte abrazo a todos, desde este hospital de campaña

Arancha