Una pequeña noticia en la sección de economía de un periódico me ha llamado la atención. Trataba sobre el “salvavidas” que una empresa ha lanzado sobre otra para que ésta pudiera refinanciar su monstruosa deuda. Unión Europea de Inversiones, la sociedad “salvada”, estaba en causa de disolución. Agrupa a las tradicionales familias que controlan el Banco Popular y están vinculadas con el Opus Dei, según reza el mismo rotativo. De ello ya nos informaba Aloevera el pasado 01/08/2016.
El hecho es que me ha divertido tirar un poco del hilo –completamente asequible a través de Internet- y me he llevado bastantes sorpresas. Invito a hacer este ejercicio e incluso a profundizar más de lo que yo hice, pues tiene miga.
Me ceñiré ahora a dar unas pocas y curiosas pinceladas, pero os aseguro que se podría escribir una enciclopedia sobre los entramados empresariales que se vislumbran. Lo más relevante -desde el punto de vista de lo que trata esta web- es, sin duda alguna, el trasfondo y el común denominador en cuantas sociedades, fundaciones e individuos aparecen en un colosal laberinto básicamente mercantil: el Opus Dei.
La sociedad “salvadora” a que hago referencia se denomina Viviendas y Oficinas SA. A su vez, ésta está controlada por otras sociedades y de entre ellas me fijé en una en concreto: Centro de Cooperación Social SL, que a su vez constituye la Fundación Hispánica (Luis Valls Taberner). Ya por el nombre - lo de “cooperación social”- es chocante, pues una empresa que se llame así pero que su CNAE sea el de “Administracion de mercados financieros” empieza a inquietar.
Al comprobar vinculaciones de esta peculiar sociedad, o sea, Centro de Cooperación Social SL que, recordemos, forma parte de la sociedad “salvadora” de la sociedad ahogada tenedora de millones de acciones del Banco Popular y vinculada históricamente a la Obra, aparecen un montón más de personas, que son o han sido miembros del consejo de administración de la misma. Y cuando abro el desplegable de vinculaciones de cada una de ellas empiezan a saltar más alarmas, los nombres de decenas de sociedades que empiezan a desfilar por la pantalla suenan “familiares”.
Por ejemplo:
Talleres de Arte Granda SA, Formación de la Mujer SA, Sociedad General Fiduciaria SA, Agroescuela SA, etc., por sólo mencionar alguna de entre un montón. También aparecen varias de forma recurrente, alternando y cerrando algún círculo volviendo a Viviendas y Oficinas SA, o, qué casualidad, Sindicatura de Accionistas del Banco Popular, controlada precisamente por la sociedad “salvada”.
Se pone interesante y apenas he tecleado por unos pocos minutos. Sólo se trata de la punta del iceberg, las ramificaciones son muchísimas.
Parecería que las labores de la Prelatura se dedican ahora (?) a salvar a su banco preferido. Será que algunos bancos también tienen alma. Dieu le veut!, como diría Gervasio.
En resumen, valdría la pena que alguien con método y paciencia iniciara un trabajo de investigación completo y documentara todas esas conexiones, daría mucho juego. Probarlas es relativamente fácil, los registros mercantiles están ahí, los informes de sociedades y sus actividades con nombres de personas incluidas.
Paradójicamente, la única institución que no publica sus nexos y datos económicos es precisamente el que los relaciona a casi todos, el Opus Dei.
¡Feliz 2017!
Manzano
