Disciplinas para olvidar.- ElCanario
Fecha Wednesday, 16 November 2016
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hoy día se vende todo. Incluso hasta los recuerdos de una parte de la vida de los que pertenecimos al Opus Dei y que ahora preferimos no pensar en ellos. Pues bien alguno de nosotros ha recurrido a algún anticuario para vender sus disciplinas y ahora este instrumento de mortificación se vende en un comercio de Barcelona al precio de 45 euros más los gastos de envío. El anuncio de internet dice: "Cilicio-Látigo disciplina Opus Dei años 40 dentro funda de tela"… ¿Qué os parece la idea? ¿Alguien se anima a desprenderse de una pieza así? El anticuario no desespera quitárselo de encima, pues lo puso a la venta el 22 de octubre de 2013. ¡Ánimo!.

Para los que no habéis sido numerarios o agregados del Opus Dei, os digo que las disciplinas se usan por estas personas como medio de luchar contra las tentaciones de pureza. El tiempo que se usa es el que dura una oración: no es muy generoso si se castiga las posaderas mientras reza un ave María. Ya es más generoso, si se reza un credo mientras atiza con dureza contra la parte a castigar. Una vez, mientras esperaba la salida de la ducha de un agregado en un curso de retiro, observé que tenía las nalgas con señales evidentes. No he dicho que se le cayó la toalla que cubría tales partes. ¡Qué mortificado! Duró en la prelatura mucho menos que yo. Era un ejemplo en aquel momento.

Cuando me hice de la Obra en 1965 los cilicios y las disciplinas se vendían en conventos de monjas de clausura. En los años previos a irme descubrí que la administración de los centros de numerarios de la Obra también los vendía. Pues vaya trabajo que tienen algunas numerarias auxiliares, dedicarse a hacer cilicios y disciplinas para que los usen sus hermanos numerarios y agregados... Dentro dirán que es un trabajo muy digno. Pues yo no lo quisiera para ninguna persona que quiero. 

He descubierto que los cilicios y las disciplinas se siguen vendiendo hoy, en el año 2016, en conventos de monjas de clausura de Madrid. Si los del Opus Dei los compran a la administración del centro, las monjas de clausura no tienen ningún porvenir. ¡Vaya negocio ruinoso! Como no lo compren los sadomasoquistas, pocos más comprarán esos instrumentos de tortura. De todo hay en la vida. Puede existir alguna persona más que lo utilice.

Os decía que el anuncio de internet dice: "Cilicio-Látigo disciplina Opus Dei años 40 dentro funda de tela". En cuanto al estado, el vendedor dice que tiene "señales de uso normal". ¿Y cuál es el uso normal? Para mí no existe ningún uso normal. No parece que tenga señales de sangre del cuerpo al que castigaba.

 
Foto del anuncio

Lo que sí recuerdo es que cuando yo iba por el centro de agregados de la calle Recoletos número 5 de Madrid había un armario de baño que se abría y se cerraba con una llave que se guardaba en la alcachofa de la ducha. Uno de mis primeros artículos en Opuslibros trató de aquello. Vaya sitio donde guardar la llave.

Una vez se me ocurrió revisar el armario de cilicios y disciplinas. Tuve una gran sorpresa: muchos de estos instrumentos no se usaban desde hacía tiempo. En vista de ellos, lo consulté y llegué a la solución de tirarlos a la caldera de la calefacción individual de ese centro de Recoletos número 5. La impresión que me dio es que los titulares de esas piezas de tortura se había ido del Opus Dei y eso era lo que había quedado atrás. Consideraban que era mejor olvidar eso.

En los años sesenta del siglo XX pitaban muchos, pero también se iban muchos. La misa que se oficiaba en el centro en la fiesta de San José significaba la marcha de unos cuantos. Por aquella época, los agregados que teníamos hecha la oblación, incorporación oficial al Opus Dei, debíamos renovar los votos de pobreza, castidad y obediencia después de la consagración de la misa. Aclaro que los que tenían hecha la fidelidad (incorporación definitiva) no debían hacerlo, pues ya lo tenían para siempre. Mientras yo estuve en ese centro se fueron no solo los de la oblación, sino también algunos celadores agregados que llevaban la dirección espiritual de otros agregados. Que yo recuerde este es el caso de José Luis, Mariano, José Antonio y Daniel. Ahora José Luis vive en Valencia, donde ha sido profesor de la Universidad. Una vez, ante una bronca que nos había echado el director o el secretario del centro, José Luis dijo en público que había que hacerles corrección fraterna. Para mí que ya tenía un pie fuera de la Obra.

Pero he derivado en hablar algo que no fueran cilicios y disciplinas. En uno de mis viajes, visité el museo de la tortura de San Giminiano, cerca de Florencia. Los cilicios que había en los centros de la Obra eran de los llamados "de brazo". Allí se exponía en esta localidad italiana uno muy grande y muy puntiagudo que se utilizaba para las piernas o el cuerpo. Daba grima verlo. Para mis adentros dije: "De buena me libré". Y es que los que se utilizan en la Obra son pequeños. A todos los que fuisteis del Opus Dei os digo "de buena nos libramos". ¿Verdad? 

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