Si nos hubieran exigido. Respuesta a Ana Azanza.- Dionisio
Fecha Wednesday, 28 September 2016
Tema 070. Costumbres y Praxis


Querida Ana Azanza:

Tienes razón en lo de la vidorra. El tema no es nuevo y redunda en el concepto de que al menos hay dos lados oscuros. Uno el vuestro, el de las mujeres, oscuro a más no poder, casi negro, o negro total. Otro el nuestro, el de los hombres, con muchas cosas oscuras, pero con múltiples posibilidades para encontrar un hueco o al menos una linterna dentro de la oscuridad.

No vayas a pensar que eso lo hacían los marginales de la cosa. El ilustre Fazio me contaba, entre risas, las veces que se reunía en Roma un selecto grupo de profesores y directores del colegio romano para comerse un jamón entero y algunas botellas de vino durante una “tertulia pirata” o celebración clandestina. Los protagonistas de la escena, como imaginarás eran la cream de la cream del lado oscuro. No es que lo hicieron una vez, era una actividad repetida, en la mismísima sede del colegio romano. Sin que esto impidiera, por supuesto, el que además se hicieran excursiones gastronómicas.

Tampoco es que esto lo hiciera todo el mundo. Eran “fugas” controladas. Aunque algunos se aficionaban a tener válvulas de escape más que otros. Qué te voy a contar que ya no sepas. Sin embargo, esto en general no me causaba problemas de conciencia. Lo que me desconcertaba mucho era la tolerancia a las aventuras sexuales de los numerarios. En Opuslibros algunos ya han hecho sus “confesiones”. No son casos aislados. Tampoco son muchísimos, pero no son cosas inauditas. Yo conozco unos cuantos casos muy desconcertantes. Supongo que estas cosas no sucedían entre las mujeres.

El capítulo de los licores ya fue discutido en su momento, no hay mucho que añadir. Apenas recordar que era algo que toleraba muy bien el Fundador e incluso parece que le complacía. Luego Portillo puso la “ley seca” para licores de alto grado de alcohol porque parece que no eran pocos los que acaban bastante “Indispuestos”. Debía ser un espectáculo ver a uno medio borracho en la consabida bendición con el Santísimo.

A Dionisio siempre le fastidió saber lo poco que sabía entonces sobre la desigualdad respecto a la vida de las mujeres. Muchos éramos conscientes de que trabajan demasiado y descansaban muy poco. De poco servían nuestras sugerencias a los directores para aliviar la situación. Eso era algo que estaba escrito en piedra, más o menos. Si los numerarios nos dábamos la vidorra no era porque lo hubiéramos pedido, ni fue el resultado de presiones para lograr privilegios. Si nos hubieran exigido dormir en tabla lo hubiéramos hecho, igual que vosotras. Si nos hubieran exigido sacar brillo a los candeleros lo habríamos hecho, como lo hacíais vosotras. Si nos hubieran exigido usar cuatro cilicios ocho horas diarias, lo habríamos hecho aunque no lo hicierais vosotras.

El lado oscuro fue una salvajada para las mujeres, pero no fue culpa del estamento numeraril, fue la misoginia del fundador y la tolerancia de sus sucesores, dentro del ambiente brutalmente machista de la España eterna. Muchos habríamos deseado que las cosas se dieran de otra forma.

Un abrazo y que no os sorprenda el 2 de octubre sin estar debidamente preparados.

Dionisio, el Areopagita.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=24255