Conversaciones con un numerario.- Orange
Fecha Wednesday, 28 September 2016
Tema 010. Testimonios


Hace unos meses, por esas casualidades de la vida, coincidí con un antiguo amigo numerario, de los pocos que conservo, al que no veía desde hacía muchos años. Como siempre ha existido una buena química entre nosotros, compartimos un largo almuerzo en el que tuvimos una entrañable conversación sobre muchos recuerdos y también sobre temas actuales. A raíz de ese encuentro y como vivimos en ciudades muy distantes, quedamos en mantener contacto electrónico, y así lo hemos hecho. En nuestros correos hablamos de todo lo divino y lo humano y parte de lo que me escribe me ha servido mucho para entender lo que se piensa en el interior de la Obra sobre Opuslibros...



El es un hombre muy respetuoso y no me ha molestado preguntándome nada sobre mi salida de la Obra, aparte de lo que yo le he ido contando, y es lo suficientemente inteligente como para no darme la tabarra sobre el tema. Yo, por mi parte, nunca he intentado influir sobre su permanencia en la Obra, aunque me ha dicho que a veces se la ha cuestionado porque, al ser un hombre con fuerte personalidad y nivel intelectual, tiene algunos puntos de vista bastante discrepantes de la ortodoxia opusina -ante los cuales confieso haberme quedado a veces asombrado-.De todas formas, él sigue dentro de la Obra. Yo jamás le empujaría a que se saliera o se quedara porque respeto al máximo su libertad de conciencia. Es de estas raras personas de la Obra, que están cargadas de sentido común y exentas de fanatismo.

El es lector habitual de Opuslibros desde hace muchos más años que yo, como muchos de los numerarios con los que más se relaciona, según me dice. Hace poco tuve el atrevimiento de pedirle permiso para enviar a Opuslibros algunas de las ideas textuales que me ha puesto en sus correos sobre temas de la Obra. Para mi sorpresa, no solo me dio el solicitado permiso sino que la idea le pareció estupenda. Et… voila! Os reproduzco algunas de sus frases textuales:

Sobre la cerrazón de los directores:  no te puedes imaginar hasta qué punto se niega en la Obra la libre opinión porque los directores están blindados: va contra la unidad no sólo decir lo que uno piensa de esa gente, sino sólo pensarlo y hay que rechazar el pensamiento de un manotazo; el peor pecado parece ser la falta de unidad. Esto de los directores va por temporadas. Los más mayorcitos son gente fanática, integrista y con tintes de odio hacia lo que no sea la Obra y el espíritu de la Obra vivido como ellos dicen, sin sentimientos, sin una conciencia verdaderamente cristiana y sin caridad. Te mienten descaradamente y si tú les dices algo sobre la situación real de la Obra te tratarán fatal para obligarte a hablar bien de la madre guapa. Los directores que actualmente se están nombrando son otra cosa: gente también sin espíritu crítico (ni del bueno ni del malo), muy muy dóciles, con poco carácter, con ningún criterio, de escasísima valía humana, sin ninguna valía profesional. Gente que no arrastra porque no valen nada.

Sobre Opuslibros: “se niega el problema. Si no se ve el problema es que no existe. Opuslibros miente porque son gente resentida (así te lo dicen). Yo he comentado alguna vez que he leído Opuslibros y se me ponen muy nerviosos, quizás sea por eso que actualmente estoy bastante arrinconado por parte de los directores. En Opuslibros se dicen verdades como puños la mayoría de las veces, eso provoca que mucha gente se vaya o se enfade con la Obra y los directores. Además se ayuda a la gente que quiere irse y se enseña que no es verdad lo del rejalgar al que se lo está pensando. El daño a la Obra es evidente y grande, muy grande... pero pienso que viene bien porque ese daño en cierto modo repara los abusos que la Obra comete, no permitiéndolos y denunciándolos: eso está bien. Para mí fue fundamental darme cuenta de que yo no estaba solo, de que lo que me pasaba le había ocurrido a más gente, que no es que yo haya tenido mala suerte con tal o cual director, sino que es una praxis viciada y abusos consentidos y estimulados desde arriba; entender todo eso me ha vuelto más pasota con respecto a la Obra y la dependencia de los directores que tengo ahora es muy relativa, en definitiva que no me pueden hacer tanto daño como antes ni mucho menos”.

Sobre la gente que se va o se queda en la Obra: “no es sólo que se vayan el 80%, sino que al menos la mitad de los que se quedan tienen graves problemas de depresión, ansiedad, algunos suicidios, surmenage, etc. El resto, en su mayoría, toma alguna pastilla para los nervios o para dormir. Eso no es una exageración. Aguantar dentro tiene un precio de desgaste mental. Sin embargo los directores optan por negar el problema. ¿Cómo se puede hablar del gaudium cum pace o de la felicidad de ser de la Obra cuando la estadística de gente que se va o que desarrolla problemas mentales es aplastante? Me refiero a los numerarios y agregados, porque los supernumerarios, son otra cosa.

Más sobre directores: “se niega la realidad y ya está, ya no existe. Damos gracias a Dios por los inmensos frutos que tiene la Obra y lo bien que van las cosas en el Opus Dei; vienen los directores de la delegación a una tertulia y te dicen que todo va fenomenal y te cuentan anécdotas muy bonitas de la labor... cuando la realidad que todos contemplamos es que "el rey va desnudo".

Sobre la instrumentalización de la amistad: “sigue como antes, pero con características curiosas. La amistad verdadera se pierde cuando es objeto del apostolado. Yo tengo amigos, me veo con ellos, no son mis discípulos, y no doy cuentas a los directores de las gestiones apostólicas que hago con ellos; estoy orgulloso de tener mis amigos y de mis hermanos (los de verdad, no los de la Obra) con los que tengo también gran amistad. Esto tiene mucho interés porque lo veo fundamental para el equilibrio psíquico. La mayoría de las personas de la Obra, sobre todo los directores, no tienen amigos, yo no los veo con ellos ni tienen con quién salir un domingo; es una cosa patética”.

Sobre la posibilidad de un cambio a mejor que surja en la Obra desde dentro: “pienso que no puede ocurrir, que se han tomado todas las medidas y todas las precauciones para que eso no pueda ocurrir. Si hubiera alguien con carisma para reformar y arrastrar a la gente a una Obra renovada tendría que fundar algo distinto y que la gente se cambiara, pero una renovación interna no me parece posible, también porque los directores o son fanáticos o son tontos y así no hay quien toque nada; el que se mueve no sale en la foto. Si uno pretendiera cambiar algo se vería en la calle inmediatamente”.

Sobre la escasez de vocaciones: “creo que Dios ya se ha hartado de los abusos que se hacen en la Obra y ha retirado el don de las vocaciones. Siempre ha habido poca perseverancia pero había vocaciones, ahora no. A la vuelta de 20 años habrá que tomar medidas muy extremas para evitar que la Obra desaparezca. Quedarán pocos numerarios y empezarán a escasear también los sacerdotes numerarios. Habrá que poner soluciones. Negar el problema no será suficiente. Yo creo en Dios. Creo que resolverá esto. El Papa mismo es posible que intervenga y ponga un administrador apostólico al frente de la Obra que corrija los abusos y acometa las necesarias reformas. Hay mucha gente con buena voluntad en la Obra a las que Dios no desamparará. Las denuncias que hace Opuslibros creo que influirán en este sentido. Yo lo veo así: un cambio desde dentro no lo veo posible, una intervención de la Santa Sede sería una solución”.

Más sobre libre opinión: “desde luego en la Obra no puedes opinar ni disentir lo más mínimo delante de los demás; puedes decirlo en la charla fraterna donde puede haber una persona con amplias tragaderas que le entra por un oído y le sale por otro y eso no sirve para nada. Ni se te ocurra comentarlo a alguien de delegación porque estarás señalado y se tomarán medidas. Por lo que se cuenta en Opuslibros sería un gran error escribirle en privado al Padre con alguna sugerencia: las represalias parece que son automáticas y exageradas. Estoy convencido de que una de las causas del alto porcentaje de personas que van al psiquiatra es la incongruencia entre lo que ven y piensan y lo que están obligados a decir y a vivir de cara a la galería. Había un director que discutía que la Obra es una "organización desorganizada", cuando todos nos asfixiamos en el ambiente más estructurado, organizado y controlado que puede existir, utilizando (además de los sistemas de vigilancia habituales) el control por medio de la conciencia”.

El rey desnudo: “la situación actual de la Obra la ven los directores porque la vemos todos, ellos además tienen más datos. No hacen nada porque no se atreven a decir que el rey va desnudo, así que siguen igual. Ellos en una postura cómoda y, probablemente, pensando que si hay algo que hacer ya nos lo dirán desde arriba”.

El Opus Dei, herido de muerte: “el Opus Dei está ya herido de muerte. El rejón está muy profundo y se sitúa en el descenso de numerarios y agregados. Una renovación la tendría que hacer una intervención de la Santa Sede que se vería muy obstaculizada por los muchos engaños, la propaganda y los mismos comentarios que todos harían: por ejemplo te recuerdo la campaña de obtención de cartas pidiendo la causa de canonización de San Josemaría que se presentó luego como un movimiento espontáneo y universal del pueblo fiel. Otro ejemplo ha sido cómo a pesar de la intervención de la Santa Sede y la carta del Prelado sobre la dirección espiritual, algunos no han cambiado en la práctica; hace relativamente poco tiempo he sabido que el director de un centro de San Gabriel le dijo a un numerario que asistiera tal día a la reunión del consejo local para informar de los supernumerarios que hacían la charla con él, a lo que el numerario contestó que no pensaba hacerlo por esto y por aquello; el director se quedó muy cortado pero se lo tuvo que tragar; el resultado final es que al numerario le pusieron para que hicieran la charla con él solo algunos supernumerarios ancianos con la cabeza ida, que ya no cuentan. Habría mucho de qué hablar sobre esto. Pero desde luego yo tengo fe en Dios y creo que intervendrá, cosa que ya está haciendo aunque muy despacio”.

Más sobre directores: “la bajada de calidad de los directores de los consejos locales es una cosa dramática, más importante de lo que puedas suponer. No te puedes imaginar lo que supone tener de director a uno muy buenecito que con mucha dificultad aprueba repitiendo varios años una carrerita de las facilonas, o que hacen comentarios tan ingenuos sobre la actualidad mundial que demuestran que si leen el periódico no lo han digerido, o que tienen tal falta de madurez que cualquier opinión sobre algo que se salga mínimamente de las cosas de la Obra (donde todo está indicado con criterios establecidos) resulta infantil y sin valor, o que son tan incultos que no hay la menor posibilidad de mantener una conversación con ellos que supere los cinco minutos porque no tienen nada que decir y aburren al más entusiasta, o... yo qué sé, ¡mil cosas! Hay desde luego algunos más valiosos o inteligentes y buenas personas, pero también algunos que buscan medrar y promocionarse dentro de la Obra. Desde hace ya al menos 20 años he contemplado el desembarco de los incapaces en la dirección de los centros, supongo que los han nombrado para no tener problemas al tratarse de gente dócil y que no piensa, pero los problemas ahora son otros: no puedes imaginar lo que supone hacer la charla fraterna con una persona así. Además, se sigue enviando gente al colegio romano aunque menos que antes, aproximadamente la mitad; como no hay ya tantos numerarios jóvenes disponibles, están enviando a gente más mayor, muchos son de estos inútiles que te digo de consejos locales ya están ordenándose, gente que no vale para nada. Esto es un círculo vicioso que a la larga mete el rejón más adentro”.

Influencia de Opuslibros en el Opus Dei: “para poder calcular las repercusiones de Opuslibros en la Obra hay que estar dentro y leer Opuslibros. Para mí es algo evidente. Así, por ejemplo, los cambios en la dirección espiritual (insuficientes, pero reales), los informes de conciencia, las visitas a la familia de sangre, la publicación de los Estatutos traducidos, la publicación de una página web donde aparecen las cartas mensuales del Padre e información sobre la Obra (aunque no sea muy real esa información al menos hay presencia en las redes), el alta en la Seguridad Social de las Numerarias auxiliares, seguro médico para los curas, más relación con los padres de los recién pitados... Eso se me ocurre sobre la marcha, pero seguro que hay más cosas. Para mí, lector de Opuslibros desde hace años, es evidente que la influencia de Opuslibros en la Obra es importante y beneficiosa; muchos abusos han desaparecido o al menos se han moderado”.

Money & money: “un tema que sería estupendo que Opuslibros obligara a la Obra a cambiar es todo el asunto referente al dinero: movimiento económico, entrega de todo el sueldo, cuenta de gastos: es un abuso que excede con mucho lo estipulado en los Estatutos y que se hace sin que la Santa Sede lo sepa... ni el numerario sepa que no tiene porqué hacerlo. Una cosa es la pobreza y otra el manejo abusivo que se hace en la Obra para dejar al numerario con los bolsillos vacíos, probablemente con intención de tenerlo controlado: si esa manera de funcionar es la correcta, que lo sepa la Santa Sede y conste en los Estatutos; si no es la correcta, que sepan los numerarios y agregados que no tienen ninguna obligación; lo que se hace actualmente es un abuso como la copa de un pino”.

La casta dominante: “creo que la casta dominante (como tú la llamas) está muy fanatizada y por eso no cambia las cosas. También es posible que estén asustados del cese fulminante que sin duda se produciría si alguno intentara cambiar algo: a fin de cuentas viven bien y prefieren que sea otro el que tome las decisiones”.

Espero que estas opiniones de mi amigo hayan sido de vuestro interés. Un cordial saludo a todos y todas.

Orange.







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