¿Qué quieres ser de mayor?.- Fueraborda
Fecha Monday, 05 September 2016
Tema 010. Testimonios


Hola, queridos todos.

Cuando yo pité, me preguntó una directora de la delegación qué era lo que quería ser de mayor, a lo que contesté que dudaba entre pintora, actriz de teatro, o escritora. No entendí entonces qué es lo que le hizo tanta gracia, me quedé perpleja por su risotada. Nunca pude desarrollar esas tres cualidades que tenía en germen, porque en el opus jamás tuve tiempo para mí.

Hoy voy a detenerme en mi ilusión por ser escritora.

Un día, me comentó una persona de la delegación, que hacía muy bien los informes de conciencia, por lo que habían pensado que podía trabajar desde mi centro para la Aop (Apostolado de la opinión pública) escribiendo los artículos para las publicaciones internas que me fueran encargando. También me sugirieron que escribiera de forma fija el "diario del centro", y así no se tenían que tomarse el trabajo de mandarlo repetir con tanta frecuencia, y es que los diarios iban y venían de la delegación a los centros, teniendo que rehacer lo que no resultaba políticamente correcto. Esto suponía rehacer el cuaderno entero, ya que no se permitían tachones. (Así lo mandó Escrivá, el amante de la transparencia).

Todo tenía que ser tan perfecto, tan adecuado, tan, tan, tan... que al final, poco tenía que ver con la realidad. Por eso, se nos hacían tan tediosas, aburridas y sosas, las publicaciones internas. ¡Y para qué hablar de las cartas mensuales del prelado! 

Qué pena que el estilo y la personalidad de cada uno, la gracia, la chispa, la soltura, la originalidad, tuvierna siempre que ser chafadas y aplastadas por la inmensa apisonadora opus. Por eso, la espontaneidad, la personalidad, la propia identidad quedaba siempre enana, raquítica.

Mucha violencia me tuve que hacer para dominar mi estilo, para corregirme si advertía que había dejado mi impronta, para evitar cualquier originalidad o sorpresa que divirtiera o sorprendiera al lector.

En algunos folletos de actividades de verano que me encargaron, me encontré con el mismo problema. ¡Cómo me hubiera facilitado la vida el fotochop!

Se me ocurrió la feliz idea de fotografiar a mis pequeñas del club en un famoso barquito de vapor, y allí acudieron puntuales tan monas que parecían que salían de una tertulia con el Prelado. Pues no. No gustaron las fotos en la Aop. No se metieron en el aspecto artístico,-quedó mi orgullo salvado- pero es que a una pequeña se le veía el pantalón corto, otra menos pequeña llevaba la camiseta ajustadilla, en el suelo del vapor había un papel, y una atrevidilla se agachó para tocar el agua, y su postura no era digna...

Sí. Al fin salieron los folletos anunciando las actividades del verano. Unos folletos rancios... que nada tenían que ver con mi proyecto.

Hace pocos días mi marido y yo hablábamos de la parábola de los talentos. Pues en el opus, en la mayoría de los casos, nos obligan a enterrarlos. Mi propio escrito es una prueba de ello.

Os deseo un feliz encuentro con el trabajo, si es el caso.

En todo caso, lo mejor para cada uno, y mi fuerte abrazo,

Fueraborda









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