La audacia de la gente de la Obra no conoce límites, sobre todo cuando se trata de poner en un lugar muy destacado a San Josemaría Escrivá de Balaguer. Recuerdo que cuando dejé el Opus Dei en 1998 algunos veteranos insistían en defender la tesis de declarar al fundador como padre de la Iglesia. Siempre me pareció una exageración. Nunca lo compartí. Si defendían eso es porque lo habían oído de otros veteranos o de algunos directores. A eso no me voy a referir hoy, sino a lo que he vivido estos días cuando estaba haciendo un viaje denominado "Ruta Carlomagno".
Nunca sospeché que iba a encontrar un rastro del fundador en la catedral de Colonia (Alemania), al que algunos consideran como el templo gótico más importante del mundo. Lo que menos podía esperar en la catedral de Colonia es que en la cripta existente debajo de su altar mayor iba a encontrar una referencia a San Josemaría Escrivá de Balaguer, junto a otros importantes personajes de la Iglesia Católica. No pude hacer una foto. Eso sí su nombre brillaba debido a la luz allí instalada y cerca de la parte central. Me pareció muy fuerte y me dije: la osadía no conoce límites. No sé de quien fue la iniciativa. Ahora dirán que fue una iniciativa de alguien ajeno al Opus Dei, como puede ser un arzobispo. Debido al poco tiempo del que disponía por ser un programa apretado no pude investigar más. Si algún alemán lee Opuslibros, ¿me puede aclarar esto? Igual es que yo ignoraba ese dato. No creo que se sea un lugar para escribir allí su nombre hasta con el añadido de Balaguer.
Cuando estuve en Guayaquil (Ecuador) había una capilla con un cuadro de San Josemaría en la catedral. Este caso es fácil de entender pues allí había un arzobispo que era numerario del Opus Dei y anteriormente hubo otro también numerario. Esa diócesis estuvo gobernada por dos numerarios durante más de cuarenta años. En Madrid los directores de la Obra presionaron para que hubiera una calle dedicada a San Josemaría. Al final consiguieron una plaza en un barrio periférico. En la catedral de la Almudena de Madrid tambien existe una capilla dedicada al fundador, en la que se reproducen algunas cosas de su vida. Los relieves y la escultura allí existentes son del escultor Venancio Blanco, padre de un numerario del Opus Dei. Cuando no había casi dinero para acabar la catedral de Madrid, se vendieron las capillas laterales a distintas instituciones religiosas. Según mis noticias, la Obra pagó más de cuarenta millones de pesetas por ese lugar. En otro de mis viajes a Viena descubrí también un retrato de San Josemaría en una de las principales iglesias del centro de la ciudad. Me contaron que ese templo contaba con un buen número de sacerdotes de la prelatura. Ahora que llevo doce años sin ejercer el periodismo y dieciocho años fuera del Opus Dei seguro que hay muchas iglesias con casos parecidos. Pero lo de la catedral de Colonia ha sido una sorpresa.
ELCANARIO
