La gran falacia del Opus Dei. El control total de la conciencia (III).- Pepgrass
Fecha Monday, 08 August 2016
Tema 010. Testimonios


LA GRAN FALACIA DEL OPUS DEI. EL CONTROL TOTAL DE LA CONCIENCIA (III)

Pepgrass, 8/08/2016

“EL SECRETO DE LA OPUS”.

¿Estás Opuseído? Desgraciadamente el secreto de la Opus no es la oración como nos quisieron vender, mejor dicho, como nos quisieron inocular en su momento. “No por mucho repetir… amanece más temprano”, ja, ja, ja. Me viene a la memoria Jack (no el destripador, aunque tampoco iría mal) Nicholson en la movie “El Resplandor”, escribiendo como un poseso una y otra vez en el folio la misma frase infinitas veces y posteriormente “haciendo que escribía” pero dejando el folio totalmente en blanco. Opuseído también por ponerse todos los días a escribir a la misma hora, estuviera o no inspirado ese día, pero ojo con molestarle, que se podía convertir en el otro Jack…, y “Houston we have a problem”, como fuera un numerario “cintura de madera” ya podías salir “echando birutas” que no tenías casa suficiente para esconderte. (Compárese la sonrisita de Jack en la peli con la del notas de turno)...



Que cuál es el secreto de la Opus, “la cosa nostra”, muy sencillo, ¡SIEMPRE CORRIENDO!, no siempre alegres, nooo, siempre echando el “bazo” por la boca, el secreto es no tener un segundo para pensar. Así, en los momentos en los que se suponía eran para la oración personal con Dios, en lugar de rezar piadosamente, te dedicabas a organizar todos los planes del día, cómo atacar y a quién ese día, cómo defenderte de todo y de todos, porque cualquiera que no piense como vos es un “enemigo a las puertas”. Cada cual organizaba su agenda diaria, pero no la de rezos sino la de trabajo, planecitos y “proselitismo”.

Al principio todo es muy bonito y quedas con tus amigos en los pocos minutos libres que te quedan al día, después de West Point se te ocurren muchas más opciones posibles y comienzan los PLANAZOS APOSTÓLICOS, que te dan todos los derechos del mundo mundial, hasta para poder faltar a los momentos “sagrados” como las tertulias o el círculo. (Siempre colaba si era por un planecito con amigote). Uno, que era un poco ingenuo todavía el chico, pues intentaba pensarlo y organizarlo todo de tal manera que no interfiriese con ningún “momento Opus”. Aunque llegados a esas alturas de la vida en la que has visto ya de tooo en la viña del Señor. Te llamaba la atención el personal con el lema, “Es un super-plan-apostólico con amigo pitable…”. Hasta te podías saltar el “sagrado círculo semanal”.

Empecé a entrar en razón conmigo mismo y pensé, por muuu burro que sea uno, no puede ser que el cura de mi centro se pueda ir a visionar un partido futbolístico con el guardacoches de abajo de su casa por hacer un planecito apostoliquito y no se vaya a disfrutarlo con su hermano, su hermana o sus santos progenitores… Esas cosas no te cuadraban. Que dependiendo de el con quién y de el cómo, se podía hacer casi lo que quisieras. Me vienen a la memoria un montón de excepciones excepcionales de todo tipo que dependían de la forma en la que se enunciase la famosa CONSULTA… Si pedías permiso para ir a tomar unas cervezas a secas… cero patatero. Pero si consultabas ir a tomar algo con un amigo, colaba. Llegó un momento en el que todo era una esquizofrenia total. Me repugnaba esa hipocresía, a mí lo que me brotaba era directamente hacer lo que me parecía si lo veía en conciencia como bueno y así empecé a actuar llegado el momento.

Recuerdo infinitud de anécdotas excepcionales, como la que conté de las “tertulias piratas” en mi historia de la Opus, si estaba consultado estaba bien, si te apuntas por cuenta propia porque ves a tus amigos de 16 años hacer el indio y tú también quieres, pues que no puedes… Después de muchas batallitas, comienzas a entender las miles de chorradas opuseísticas, el hinchable, el planón, la convivencia de amigotes… El caso es que ves como un tercio de la Cosa se vuelven majaras, “empastillados o que se les va la pinza” por cualquier historieta; el cine, el arte, la literatura, el deporte. El otro tercio, es el de cintura de madera absoluta y suelen ser los que terminan organizando y mandando en el lugar, efectivamente la mayoría son ingenieros o “quasiingenieros”. Y el último tercio se monta un mundo irreal paralelo. (La mitad de los dos últimos tercios, se larga cuando toma conciencia de sí mismo y al grupo de los enfermos, en cuanto pueden, lo suelen largar si agarran a su familia a tiempo, puesto que no pueden sacarles más y molestan).

Los mundillos paralelos son infinitos, he visto cada historieta que me río yo de los mundos de Yupi… Tipos que se montaban en su estudio o en su despacho un minibar y/o discoteca, o aquellos que tienen un lugarcito para estudiar lejos del mundanal ruido. Los que se montaban su despachito para trabajar sin que les molesten los pesados del centro pero, eso sí, estaban totalmente “desapegados” de todos esos lugares, los usaban solo lo necesario e imprescindible…, que no se diga que se llevaban las cosas después a su cuarto en el centro… ¡No hijo, no!!! Algunos se organizaban viajecitos mensuales a medio mundo, o se montaban planes deportivos de cualquier tipo. Muy especialmente las excursiones de esquí, montaña, escalada, o cualquier otra cosa que nos sirva para DESCONECTAAAAR, por supuesto… CON AMIGOOOOOO!!!!!! Así, sííííi. Pero ¿y si no? Si no, NOOO. Que no es un plan apostólicooooo… Verdaderamente estúpido todo. Era una esquizofrenia colectiva.

En definitiva, el personal se dedicaba “full time” a encontrar la manera de hacer lo que más le apetecía con la excusa que mejor le viniera a mano. Los mundos paralelos de la Opus. El problema viene cuando se termina actuando de esa manera en todos los ámbitos de la vida, se hacían las mismas cosas en el trabajo, con los empleados, con los amigos, obligando a la gente a actuar de manera servil para cumplir con sus deseos de poder o de quedar bien o de realizarse. El mundo paralelo en el que viven tantos y tantas para poder sobrevivir a una vida sin ningún sentido, puesto que te das cuenta que todo es un montaje de cara a la galería.

Pepgrass

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