Sobre el tema tratado por Ana Azanza.- mois
Fecha Wednesday, 06 July 2016 Tema 100. Aspectos sociológicos
El envío de Ana Azanza de 4 de julio me ha traído a la memoria la siguiente anécdota.
En los años 60-70 del siglo XX (no recuerdo fecha exacta, soy muy viejo) un religioso sacerdote amigo se trasladó de su provincia religiosa a otra, para estudiar, más en profundidad, teología. (Disculparme que no diga la orden religiosa ni la provincia religiosa a la que fue enviado).
Cuando hubo terminado el curso, un día pasó por mi casa, pues había una buena amistad; y el amigo religioso, además de mostrarme su entusiasmo por los conocimientos teológicos adquiridos y su deseo de que yo estudiara teología porque me haría mucho bien, pasamos a comentar asuntos varios.
Cual no sería mi sorpresa cuando me contó lo siguiente (por supuesto no son palabras textuales porque no las recuerdo, pero sí la historia, que me marcó):
Los sacerdotes seculares (los curas, vamos) tenían la costumbre (en esa zona, por lo menos) de ir a confesarse al convento de la orden de mi amigo. Parece ser que no lo hacían entre sí, vaya Vd. a saber por qué.
Según me contó, él atendió a muchos de ellos durante su estancia en esa provincia y a la conclusión que llegó y me dijo (esto sí son palabras textuales pues no las he podido olvidar) fue: "El que no tenía querida era maricón". Así, tal cual, con todas las letras y sin anestesia.
No sé si esto es faltar el sigilo sacramental por su parte. Pero la frase duele como un puñetazo en el estómago. A mí por lo menos me dolió. No me quitó la fe.
Pero me dolió.
Moisés
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