Opus y Franco: Respondiendo a Ana Azanza y a Dionisio.- Ramón
Fecha Monday, 27 June 2016
Tema 900. Sin clasificar


Hola,

 

En respuesta a la pregunta que me hace Ana Azanza (24/06/16) sobre la posible implicación del Opus Dei en las tramas de robo de niños durante el franquismo, sólo sé lo que salió en tv cuando el tema estuvo en el candelero. 

 

Recuerdo que el piso / pisos de acogida para chicas embarazadas mencionado explícitamente asociado al Opus Dei estaba en Bilbao. No sabría decir si quien lo controlaba con ayuda de un cura era supernumeraria o numeraria. Probablemente las inquilinas no lo supieran ni lo entendieran. Me llamó la atención el funcionamiento Opus: las ricas pagan en metálico, las pobres trabajan como sirvientas, las clínicas privadas cobran por los servicios, y los padres receptores de los niños, también (por llamarlos de alguna forma) pagan también. Negocio redondo. ¿A quién benefició? Y coincido contigo: ¿A qué viene la prisa del fiscal por cerrar esos casos? ¿porque no sólo no ayudan sino que entorpecen? Seguro que no hay gato encerrado...



Algunos correspondientes de Opuslibros dicen que no tiene sentido mezclar el Opus Dei con lo que sucedió durante la dictadura franquista, que al Opus Dei le basta con lo suyo. Creo que este enfoque, sólo es cierto en parte. Coincido plenamente con Jara y Sedal (24/06/16) que la actuación del Opus Dei no se diferenció mucho de la de la Iglesia española. Pero eso no niega la mayor: su apoyo al franquismo está ahí.

 

¿Es OpusLibros una página sobre el franquismo? Evidentemente, no. Pero creo entender lo que dice Ana Azanza aunque quizás su estilo sin concesiones escandalice: el franquismo fue su medio de cultivo. Por algo será que ahora no lo reconocen. Y la Iglesia también tendrá que dar la cara un día de éstos.

 

El franquismo y el Opus Dei se beneficiaron mutuamente. El Opus apoyaba el estado confesional, no criticaba nada, le prestaba los profesionales de prestigio que pudiera tener (ya se habían encargado de cargarse a los otros, valga la redundancia) y ponía toda su maraña de contactos a sacarle brillo. El franquismo le permitía la ingeniería financiera, su expansión económica y de prestigio (mientras Franco clausuró la Universidad de Bilbao y Santander, permitió la única universidad privada establecida en España desde la guerra civil, algo que no consiguieron ni los jesuitas con ESADE o Comillas).

 

Por eso es importante conocer las instituciones del franquismo, cómo funcionaba el país y cómo se relacionaba el Estado con la población.

 

La leyenda áurea es que Franco era un tirano benevolente que gobernó muy bien y sacó al país de una ruina a la que le había llevado la República. Un abuelito que cuidaba de la prole. La otra cara de la verdad, que sorprendentemente no nos dejan ver en plena democracia, es que Franco fue un tirano sanguinario, que el país era un cortijo en el que los adictos al régimen hacían lo que les daba la gana. Esto era malo de por sí, pero es que encima ese cortijo funcionó como cárcel y campo de exterminio durante muchos años. El franquismo torturó, violó, robó, expropió, desterró y asoló el país con la misma saña que supuestamente iba a emplear el comunismo del que nos salvaba. Mucha de la exigua prosperidad que gozó el país se debía a los millones de españoles que escaparon a la emigración: no daban guerra, y encima mandaban dinero a casa. ¿Es que nadie se acuerda? Quizás no estuviera mal construir pantanos, lo malo es que lo hicieran con trabajadores esclavos que morían como chinches. Eso no se menciona.

 

Y enlazo con el comentario que hace Dionisio, a su vez enlazando con el mío. No sé porqué los países que han tenido una transición "modélica" tienen que tragar con los delitos o crímenes contra la humanidad cometidos por los tiranos cuando "abren la mano" como decía mi madre. Me refiero a España, pero también a Chile. En el fondo, se nota que hay una amenaza latente, que la libertad no la hemos ganado sino que nos la han dado a condición de que no demos la lata. 

 

Y no hablemos de Rusia o China. Recientemente vi un documental de la BBC sobre los 50 años de la Revolución Cultural. Allí se cometieron todo tipo de destrozos contra la cultura y la religión. Y como todos sabéis, contra las personas que eran maltratadas, torturadas, asesinadas u obligadas a suicidarse. Pues bien: los actuales comunistas, a pesar de haber terminado con aquel horror, no quieren que se hable de él. Incluso cuando los jóvenes guardias rojos lo cuentan con pelos y señales, son silenciados. Otro tanto sucede con los campos de exterminio estalinista en Siberia. Los muertos no hablan, y los archivos no se pueden mirar. Curiosamente, el argumento es el mismo: no remover heridas, no entorpecer la convivencia actual.

 

En España tenemos un problema adicional: hay una corriente de opinión y prensa que por un lado se opone a la Memoria Histórica del franquismo pero por que a diario vuelve a la República y guerra civil para decir que aquello estuvo justificado porque en el fondo eran muy malas personas.

 

Según cumplo años, voy conociendo a más gente que se atreve a contar su historia. Conozco a una pareja de jubilados que estuvieron en los sucesos de Vitoria (para los no españoles: una manifestación de obreros en la policía asesinó a cuatro personas). Conozco a un homosexual que sufrió las comisarías donde le rapaban el pelo y hacían beber aceite de ricino, o bien le violaban. ¿Qué puedo pensar del Sr Fraga que era ministro del interior o de prensa? ¿Y los que le apoyaron políticamente entonces y luego?

 

La historia del Opus no se puede escribir sin la gente que ha sufrido al Opus. No se puede dejar que su maquinaria de propaganda pase por encima. La historia del Opus, ciertamente, es la de sus miembros, pero también la de sus ex miembros y, les guste o no, la de sus patrones políticos. A cada uno lo suyo. 

 

Que Dios os guarde

 

Ramón







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