Un peculiar antecedente de la Obra de Dios.- Pinsapo
Fecha Wednesday, 22 June 2016
Tema 090. Espiritualidad y ascética


UN PECULIAR ANTECEDENTE DE LA OBRA DE DIOS

Guión

I.- El primer eslabón de los Institutos Seculares.-

1.1.- EL ESPLENDOR DE LA ESCUELA DE CRISTO.

1.2.- INSTITUCIÓN TRANSVERSAL, SELECTA Y ESCONDIDA.

1.3.- RELEVANCIA DEL PLAN DE VIDA.-

II.- Meditaciones a oscuras y Enmendatio.-

2.1.- EJERCICIOS PIADOSOS EN LA ESCUELA DE CRISTO.-

2.2.- NOVÍSIMOS, SUFRAGIOS E INDULGENCIAS.

III.- Confluencia Escuela-Obra de Dios a inicios del Siglo XX.

3.1.- RESTAURACION EN SEVILLA POR SANCHEZ CASTAÑER.

3.2.- EL INFLUJO DE MONS. GARCIA LAHIGERA.

3.3.- LA ESCUELA DE CRISTO Y SAN JOSE MARÍA ESCRIVÁ.

IV.- La Escuela de Sevilla y visita de Escrivá en 1938.

 

Capitulo 1º: El primer eslabón de los Institutos Seculares 

         Cada día por la mañana ordenarán y harán dirección de todas sus acciones, pensamientos, palabras y obras a la mayor gloria de nuestro Señor y mayor servicio suyo pidiéndole gracia para obrarlo todo de manera que sea agradable a sus Divinos ojos; tendrán oración mental el más largo espacio que pueda cada uno. Oirán Misa con la atención y reverencia. Procurarán tener más continua presencia de Dios que le sea posible, y muy presente el Misterio o punto de la mediación de esa semana, y su jaculatoria o consideración en que más sentimiento les haya dado Nuestro Señor en la Oración. Leerán libros devotos, vidas de santos y otros libros espirituales, de los cuales tendrá elegido el que más le mueve. A la noche harán examen de conciencia antes de acostarse, con mucho dolor de las faltas en que hubieren caído aquel día, y propósito muy eficaz de la enmienda. Cada semana comulgarán al menos una vez en lo que se gobernarán por el parecer de sus confesores y padres espirituales, visitarán a los pobres de los Hospitales.” (CAPITULO 14º de las Constituciones de la Santa Escuela de Cristo, aprobadas en 1.656)...



         I.- EL ESPLENDOR DE LA ESCUELA DE CRISTO.- La Escuela de Cristo es una asociación de fieles fundada en Madrid en 1653 por el padre Ferruzzo que se extendería por toda España e Hispanoamérica en el siglo XVIII hasta llegar a 400 escuelas, siendo su cofundador el Beato Juan de Palafox y Mendoza [Nació en Navarra en 1600 y murió en Soria en 1659. Benedicto XIII introduce la causa de beatificación en Roma en 1726, siendo beatificado por Benedicto XVI en 2011.], que redactó sus constituciones tras volver de México donde fue obispo durante 15 años.

         Esta institución fue calificada como el “primer eslabón” de los Institutos Seculares [Mons. GARCIA LAHIGUERA, Carta pastoral Pax Christi, en el III Centenario de la fundación del Instituto Escuela de Cristo, Madrid 1953.], pues su fin es la búsqueda de “la perfección cada uno según su estado, con enmienda de vida, penitencia y contrición de los pecados, mortificación de los sentidos, pureza de conciencia, oración, frecuencia de sacramentos, obras de caridad.”[Capítulo 1º Constituciones Santa Escuela de Cristo, Madrid año 1656].

         Fue diseñada para la mejora de la vida espiritual de los seglares, siendo una “escuela de ascetismo”, considerado como la parte de la moral cristiana encaminada a la búsqueda de la perfección [Adolphe TANQUEREY, Compendio de Teología ascética y mística, Madrid (2000) pp. 7-13.], como puede observarse en los requisitos exigidos a los aspirantes a su ingreso [Capítulo 2º Constituciones Santa Escuela de Cristo, Madrid, año 1656]: “deben ser varones apartados de los vicios, engaños y vanidades del siglo (.) Que traten de oración y recogimiento espiritual: devotos, piadosos, caritativos, modestos, templados, sufridos y ejemplares. Deben tratarse con amor, igualdad y caridad fraternal, que los discípulos de la escuela de Cristo son hermanos: Omnes autem vos fratres estis (Mat, 23).”

         Nace como “alternativa o complementariedad a la religiosidad popular de las cofradías, inspirada en la corriente espiritual iniciada por San Felipe Neri en Roma con oratorios para seglares (.) propio del ambiente de la reforma católica unido a un colorido típicamente español y barroco (.) es un instituto de perfección cristiana en la vida secular.” [Ramón de la CAMPA CARMONA, “La institución de la Escuela de Cristo. La del Espíritu Santo de Sevilla” Andalucía Moderna. Actas del III Congreso de Historia de Andalucía. Córdoba, 2001].

         Esta escuela de perfección ascética se adscribe al ideario de Trento, un “auténtico programa antiluterano para la salvación” [Mario MARTINEZ GOMIS, “Las Escuelas de Cristo de Elche y Orihuela. Enseñanza espiritual y ascética en la España de los siglos XVII y XVIII.” Revista de Historia Moderna, nº 20 anales Univ. Alicante, 2002] desterrando cualquier ilusión de conseguir la salvación que no pase por la frecuencia de Sacramentos, práctica de la oración y el ejercicio de la caridad; unido al rigorismo moral, continua meditación sobre la muerte y fe en las indulgencias y sufragios para aliviar las penas del Purgatorio.

         II.- INSTITUCIÓN TRANSVERSAL, SELECTA Y ESCONDIDA. De los rasgos esenciales del instituto, la conjunción de cinco de ellos lo dotan de una admirable novedad: es a la vez cristocéntrica, mariana, práctica (escuela de ascética), transversal (laicos de toda condición social y clérigos, sean seculares o religiosos) y escondida.

         Formaban parte de la Escuela hombres de todos los estratos sociales: aristócratas, canónigos, sastres, militares, comerciantes, abogados, médicos, agricultores, carpinteros, horneros, etc. [Mario MARTINEZ GOMIS, en su estudio de 2002, detalla la procedencia social de los hermanos de la Escuela de Cristo de Orihuela en el siglo XVIII: El 70% son seglares, y de los eclesiásticos el 60% son del clero secular y 40% del clero regular (carmelitas, mercedarios, trinitarios, agustinos). Entre los seglares hay nobles, abogados, ciudadanos, militares, comerciantes, médicos, cirujanos, sangradores, sastres, tejedores, horneros, carpinteros, agricultores, ricos labradores y un notario.] Todos ellos debían demostrar una profunda y seria vida espiritual, y los candidatos debían acreditar que contaban con un director espiritual estable y que se confesaban con regularidad. [Fermín LABARGA GARCÍA, “La Santa Escuela de Cristo: peculiar institución del Barroco hispano”, Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Navarra. 14/03/2012] No obstante, “el traje y la compostura exterior no han de desdecir del Instituto, sea decente y conforme a su estado, y se acerque más a lo modesto que a lo lúcido.” [Capítulo 14º Constituciones Escuela de Cristo, Madrid 1656.]

         Su rasgo característico original era “mantenerse oculta, reservando su intimidad, el conocimiento se alcanzaba a través de otros varones piadosos, lo que trajo ciertos problemas de incomprensión” [FERNANDEZ SERRANO, F., “Las Escuelas de Cristo”, Revista de Teología Mística, La Vida Sobrenatural, págs. 106-116. Salamanca, marzo-abril 1975]. A sus miembros no se les permite revelar “a los que no son de la Escuela los ejercicios y cosas particulares de ella, porque referir lo que se ejercita con devoción y fervor parecerá que es buscar el aplauso.” [Capítulo 14º Constituciones Escuela de Cristo, Madrid 1656]. No obstante consiguió la adscripción de destacados miembros de la Iglesia como San Antonio Mª Claret, San Andrés Huberto y los Beatos Fray Diego José de Cádiz y Marcelo Spínola. En sus biografías se omite su pertenencia a una institución que queda relegada a la penumbra.

         El gobierno de cada escuela lo ostenta el “Obediencia” [Capítulo 3º “Del Obediencia”, Constituciones Escuela de Cristo, Madrid 1656: “Ha de atender a todos a perfeccionarse en esta virtud que tanto resplandeció en todas las obras de Cristo Señor Nuestro: Factus obediens usque ad mortem (ad Phlip. Lib. 2). Todo lo que obrare, enseñare y ordenare, ha de ser obedeciendo a la Ley, consejos y voluntad divina. Es a su cargo el gobierno, dirección, enseñanza y aprovechamiento de la Escuela. (.) Para conseguirlo, acudir continuamente a la oración a pedir a Dios luz para sí y para comunicarla a los que ha de instruir (.) Obrará con parecer y consejo de los Diputados.”] asistido por cuatro diputados (dos seglares y dos sacerdotes) elegidos por los votos secretos de todos los hermanos, con la misión de hacer cumplir las constituciones y examinar a los pretendientes a ingresar en la Escuela. Colaboran con ellos cuatro nuncios (dos seglares y dos sacerdotes) que actúan de “celadores” de los hermanos por dar cuenta al Obediencia de sus faltas, además de cuidar el oratorio y repartir las disciplinas. [Capítulo 6º “De los nuncios”, Constituciones Escuela de Cristo, Madrid 1656]

         III.- RELEVANCIA DEL PLAN DE VIDA.- El profesor Labarga del departamento de Teología Histórica de la Universidad de Navarra, señala como lo más novedoso de la institución el cap. XIV [Capítulo 14º Constituciones Escuela de Cristo, Madrid 1656: “Las acciones y modo de vida de los Hermanos fuera de la Escuela debe proporcionarse a lo que se enseña y ejercita dentro de ella (.) El ajustamiento y concierto igual de la vida, ha de ser el principal cuidado de cada uno.”] que regula una especie de plan de vida que se considera esencial porque “ayuda mucho al cumplimiento de las obligaciones y ejercicios de devoción distribuir el tiempo con orden y medida”, siendo necesario vivirlo para ordenar la espiritualidad en la vida cotidiana:

         “El plan de vida que se propone constituye una ayuda muy eficaz para santificar todos los momentos de la existencia. Tanto la vida familiar como el trabajo o el descanso han de vivirse coram Deo, en la presencia de Dios. Así, toda la existencia –y no sólo los momentos dedicados a la oración, la Misa u otros actos de piedad- queda consagrada a Dios, alcanzando una auténtica unidad de vida.” [Fermín LABARGA GARCÍA, “La Santa Escuela de Cristo: peculiar institución del Barroco hispano”, Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Navarra. 14/03/2012].

         El tipo de vida cristiana propuesto incluye la prohibición de acudir a espectáculos públicos, en particular corridas de toros, comedias y juegos de cartas, así como asistencia a los bailes e incluso bañarse en el mar “en tiempos que se juntan muchos a holgarse y se experimentan grandes deshonestidades y muchas ofensas a Dios Nuestro Señor” [A. GIL ALBARRACIN, “Cofradías y hermandades en la Almería moderna”. Granada 1997]. Esta actitud contra las diversiones se consideró virtud digna de elogio, en las reseñas de vida ejemplar de los hermanos fallecidos, se mencionaba su aversión a los espectáculos públicos. De Gerónimo Tomás de Casanova (Escuela de Córdoba) se dice “haber huido a lo largo de toda su existencia de los peligros de los concursos públicos, profanos y nada seguros para conservar la vida de la Gracia, como los Corrales de Comedia, los paseos, casas de juego y plazas de toros.” [Mario MARTINEZ GOMIS, “Las Escuelas de Cristo de Elche y Orihuela. Enseñanza espiritual y ascética en la España de los siglos XVII y XVIII.” Revista de Historia Moderna, nº 20, pág. 55. Alicante, 2002].

         Labarga afirma que este instituto propone “una exigencia muy alejada de la superficialidad y de la inconstancia” y lograr con ello personas “piadosas y ejemplares en su conducta que bien pudieran ser propuestos como modelos de ciudadano y de cristiano (.) pretende una transformación radical del individuo, conforme al divino modelo del único Maestro Jesucristo que contribuya a su vez a la reforma de la sociedad (.) que supone una evidente muestra de modernidad, de avance en la concepción del compromiso de fe personal, vivido con responsabilidad y llamado a transformar la sociedad.” [Fermín LABARGA GARCÍA, “La Santa Escuela de Cristo: peculiar institución del Barroco hispano”, Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Navarra. 14/03/2012.] Este autor concluye que “la Santa Escuela de Cristo marca un hito decisivo en la espiritualidad secular por cuanto supone una intuición asombrosa de lo que siglos después constituirán los institutos seculares y otras formas de vida apostólica de los laicos.” [Fermín LABARGA GARCÍA, “Mons. García Lahiguera y la revitalización de la Santa Escuela de Cristo”, Universidad de Navarra. Año 2003.]

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