Las casas de la Casa (Cap.4 de 'Toma y daca').- Flanpan
Fecha Wednesday, 21 July 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis



LAS CASAS DE LA CASA

Cap.4 de 'Toma y daca'
Enviado por Flanpan el 21-julio-2004


Hay que ver el concepto de clase media que tienen en la Casa. Y hay que ver lo que entienden por una "casa" acogedora, luminosa y limpia, de "clase media", sin lujos ni loores.

La verdad es que en la Casa había dos tipos de casas, incluso se podría hablar de tres...

El primero lo formaban los "casas de jóvenes". Ya sabéis: casas con apostolados sanrafael. Esas sí que eran bastante espartanas, más que nada por los ajetreos, los mogollones, las fiestas y el zumba-zumba. Eran casas con sofás de brazos de madera. Y si eran acogedoras, lo eran por el esfuerzo de nuestras hermanas pequeñas, que hacían un esfuerzo grande para que aquello pareciera una casa. Pero eso duraba poco. O mucho, si te transformabas en un eterno "numerario de sanrafael". Lo normal, es que a los veintipocos, con la carrera terminada "pasabas" a sangrabiel.

¡Cómo se resistía la peña a "irse" a sangrabiel! ¡Parecía el destierro! Te imaginabas una casa muerta, sin cenas frías, sin fiestas ni peleas de almohadas (el infantilismo acababa calándote hasta los huesos). Pero héte que te héte, que cuando llamabas al timbre y salía a abrirte la puerta ¡una doncella!, y pasabas al oratorio ¡tan barnizadito y con los bancos tan mulliditos!, y luego te asomabas al salón ¡con sofás de brazos tapizados!... y esos peazos de marcos de fotos con los abuelitos,... Y qué decir del equipazo de música, con pletinas y platinas y cedes y nosequés. Y finalmente tu cuarto: TU cuarto, con TU baño. Nada de "literas-8" o del "vagón", o como se llamara el último cuarto de tu anterior centro. Aquí tenías TU cuarto y TU baño.

¿Y cómo estaba decorada la casa? No sé si habéis leído el vademécum de los centros. Hay se dice que si muebles del rastrillo y esas cosas. Pero debe de ser para los paises "pobres". De las muchas casas de "sanga" que conocí, la mayoría estaban amuebladas y decoradas con todo nuevo, de arriba abajo. No faltaba un detalle: cortinas, alfombras, adornos, colchas, menajes. Una pasta. Pero una pasta. Y esto lo sabes cuando "te vas" de la Casa, y tú solito te debes apañar tu pisito. Entonces -y sólo entonces- te enteras de lo que valen las cosas. Y te enteras, de la millonada que cuesta poner uno de esos "hogares sencillos y alegres" de la Casa.

Pero a lo que iba. El paso de sanra a sanga se te hacía más llevadero con eso de dejarte querer por la vida muelle y gustosa de los pisazos de sanga. Vida me marqueses, sí señor. Eso lo sabemos todos los que hemos estado y nos hemos salido y visto la vida fuera. Lo de que las casas de la Casa son (y cito extractos del Vademécum de los centros) "hogares acogedores, limpios -no se confunde la pobreza con la suciedad-, sencillos y alegres: éste es el denominador común de la sede de todos los Centros", se queda un poco corto. Habría que decir mejor, que las casas de "mayores" son "hogares donde no falta un detalle, donde los sofás serán lo más cómodos posibles, donde las lámparas y mesas estarán acorde con nuestro porte distinguido y aristocrático, donde cada uno tendrá su propio cuarto con su propio baño, donde no deberá faltar aire acondicionado si es zona calurosa, etc". Lo de que "el mobiliario se compra con espíritu de pobreza y con sentido común. Sería muy poco razonable adquirir exclusivamente muebles nuevos o, menos aún, diseñarlos y mandarlos hacer de encargo" es de cachondeo. Lo propio sería decir "de la instalación de los centros se encargará una de esas empresas de decoración que no son "nuestras", pero como si lo fueran, que vienen con unos camiones y en dos días te amueblan y decoran un centro, hasta con ceniceros y jarrones. Y por supuesto que la boiserie de la sala de estar se hace a medida". Justito, justito lo que dice el librito.

En conclusión. Que la Casa pone "casazas" para los carrozas. Y que cuando te sales, y te constituyes automáticamente en un españolito medio (perdón a los del extranjero), de verdadera "clase media", que busca un pisito como puede, que debe pagar hipoteca y coche, que debes comprar el sofá del hipermueble a cómodos plazos y al tercer mes se te ha pelado el brazo del sofá, que debes hacer la compras y ver lo que cuesta el jamón y darte cuenta de que ¡también existe el salami... más baratito! Entonces, cuando de verdad palpas la realidad de la clase media, te das cuenta de que vivías en una casa de clase alta, muy alta.

Hemos hablado de dos tipos de casas. Nos queda la tercera. La de los Jefes. Todavía hay clases. Y en la Casa, más. La mejor tele, la mejor vajilla, el mejor oratorio (el más recargado, vaya), el garaje más amplio, el comedor más guachi: lo mejor, para los mejores. Y si te vas a Roma, ni te cuento. No sabía que para dirigir una institución religiosa la sede tenía que ser tan lujosa (apréciese el pareado). Y si te vas a NY, no dejes de ver el edificio que se ha costeado la Cosa para su "organización desorganizada". Si hubiera sido una "organización organizada" el Empire State se les quedaba corto.

¿Y cómo vivo ahora? Pues ya sabéis todos. Empecé poco a poco. Un piso alquilado. Un pisito comprado. Hipotecas. Venta. Otro piso más grande. Más hipotecas. Problemas a fin de mes. Avanzando poco a poco. Consiguiendo sacar cabeza. Pero ahora vivo en MI casa. Decorada a nuestro gusto (de mi pichoncito y mío). Sin doncella de uniforme que abra la puerta, ni sirva la mesa. Con un comedor "integrado" en el salón (nada de "comedor" y "antecomedor": demasiao lujos). Con un dormitorio compartido (es mucho más divertido, os lo aseguro). Eso sí: con baño propio. Los niños tienen otro para todos ellos. No tengo tapices, ni vajillas de porcelana, ni siquiera un mal retrato de "los abuelos". Tengo afotos familiares (de verdad) en marcos de "todo a 100", recuerdos de viajes, revistas sin censurar (no hace falta: no compro guarradas), libros sin clasificar, unos sofás muy sobaditos,... y no me puedo quejar. Ahora vivo mucho mejor que en esos estuches de terciopelo rancio que son las "casas de viejos". Entra más aire, pues las cortinas están más abiertas. Vivo en mi casa, y todos sabemos cómo se disfruta "construyendo" poco a poco, con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio un verdadero "hogar cristiano luminoso y alegre". Es muy difícil valorar lo que te dan "regalado" desde el principio. Se valora mucho lo que mucho te cuesta conseguir. Y la satisfacción es mayor.

Además he simplificado mi existencia:

- el botiquín no tiene llave (no hace falta: no llegan los niños)
- no tengo que hacer inventario de lo que tengo
- puedo mover un jarrón o un marco de fotos sin pedir permiso a la comisión
- no tengo que poner la fecha y lugar y asistentes a cada afoto que hago
- no tengo que poner rejillas en las ventanas que tienen "vistas"
- Las llaves R1, R2 y R3 se han reducido a una sola.
- Puedo invitar a amigos a comer y no he de buscar un "agregado jubilado" ni una "numeraria camarera": yo mismo sirvo la comida.
- Cuando llevo a la canguro de vuelta a su casa no se piensa que yo soy el chofer. Y además he conseguido no pecar en ninguna de las ocasiones en que he llevado a una mujer en mi coche.

Suerte compañeros, que encontréis cada uno la casa de vuestro sueño.


(continuará)





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