En el Opus Dei las personas son objetos de usar y tirar.- Orange
Fecha Monday, 07 March 2016
Tema 010. Testimonios


Deseo enviar un mensaje a todas las personas que un día fueron captadas por el Opus Dei y permanecen en él, así como a las que actualmente estén en riesgo de serlo. No hablo de oídas. Me baso para ello en mi experiencia de conocer el Opus Dei desde hace 46 años; una etapa larga desde dentro y otra etapa, no menos larga, desde fuera.

Cuando el Opus Dei, como consecuencia de su obsesión proselitista, busca a una persona , no mira por su bien o su felicidad sino que solo pretende engranarla en su propio sistema de vida. Si no lo consigue, pierde el interés, la deja y no se ocupa más de ella. Si lo consigue, constriñe constantemente su personalidad para amoldarla y mantenerla, como sea, al servicio de la organización. Si la persona se sale, es abandonada sin miramientos.

Una vez salidos de esa estructura sectaria, nosotros seguimos siendo los mismos de siempre, pero el interés de ellos por nosotros cesa totalmente. Nunca nos quisieron como personas. Solo les interesamos mientras bailamos a su son. Una vez que estamos fuera, ya no les preocupa la salvación de nuestra alma, ni nuestro bienestar físico o económico; ni nuestra familia, afectos, problemas, alegrías o frustraciones. Ni una llamada. Ni una atención. Ni una preocupación. Ni la más mínima muestra de cariño con los que fueron durante muchos años -en palabras que ellos mismos emplean- "sus hermanos, unidos por lazos más fuertes que los de la sangre". Solo saben aplicar el silencio y el olvido, cuando no el maltrato, el desprecio o la calumnia.

Ellos, atentos solo a trabajar en favor de su círculo hermético, nos abandonan con un helador cinismo, sin ninguna consideración por la persona y sin la más elemental actitud cristiana. En el Opus Dei no se quiere verdaderamente a nadie. Lo que verdaderamente se ama es el mantenimiento a ultranza de su propia estructura. Si alguien que esté dentro no me cree , no tiene más que hacer la prueba. No es recomendable estar donde las personas no son respetadas como tales sino que son meros objetos de usar y tirar.

Por fortuna, Dios sí que sigue interesándose y cuidando de nuestras personas y nuestras vidas. Y lo hará hasta el momento de nuestra muerte. Pedidle a Dios que os abra los ojos del entendimiento.

Orange









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