¡Qué relato más humano y, sobre todo, más verdadero el tuyo! Bastaría con que se lo leyeran un par de veces algunos aficionados a “la pesca submarina” para que no repitieran algunas de las cabronadas que sus antecesores hicieron. Se ve que eres un gran tipo; y, claro, por eso fueron a por ti, como a por tantos otros.
Pepito