Recientemente falleció mi madre, hace tan solo unos pocos meses había fallecido mi padre y a la tristeza de estos fallecimientos se ha añadido la tristeza de tener que presenciar como parte de mis hermanos se apropiaron del recuerdo de mis padres y lo utilizaron para su satisfacción y beneficio sin respetar ni siquiera consultar el sentir o la opinión del resto de los hermanos, decidiendo lo que les pareció y ofreciendo un espectáculo bochornoso cuya máxima expresión fue la sorpresiva intervención de una persona cuyo desmedido afán de protagonismo supera con creces sus escasas dotes de oratoria.

“Que atrevida es la ignorancia” era una de las frases que escuché muchas veces decir a mi madre. Y San JoseMaria decía que la mujer basta con que sea discreta…

Así y con la prepotencia que caracteriza a estas personas especialistas en camarillas, hermanamientos contra natura, filiaciones extrañas y conspiraciones en la oscuridad, así se ocuparon parte de mis hermanos miembros del Opus Dei de organizar los actos de despedida a mis padres llegando en su exceso a insultar al párroco de la iglesia de mis padres por no doblegarse a sus imposiciones y luego, como represalia, no permitir que los actos en memoria de mi madre se celebraran en la parroquia a la que asistió toda su vida.

Mi padre que era un hombre conciliador no saldría de su asombro viendo la torpeza de estos actos.

Me despido con unas palabras de gratitud para el párroco de la iglesia de San Juan de Oviedo agradeciéndole que no haya cedido a las presiones de esta gente que creyéndose en posesión de la verdad absoluta quiere imponérsela a los demás a la fuerza bruta, con la soberbia e ignorancia propia de los fanáticos.

Luis del Cano Barbon