Escrivá en su contexto histórico.- JaraySedal
Fecha Monday, 01 February 2016
Tema 115. Aspectos históricos


Estaba leyendo tanto sobre el uso de los pantalones en la mujer dentro del Opus que tuve tentaciones de escribir algo sabido y similar a lo que afirma Ramón en su acertada colaboración “Monseñor no era el único” del 29 de enero. Acertada, sobre todo, porque lejos de disculpar las opiniones de Escrivá sobre la mujer, pone en cuestión el origen sobrenatural de su inspiración en esta materia: es hijo del nacionalcatolicismo imperante en España en la época sin más. También pone sobre aviso al lector desconocedor de la Historia de España, pues los de aquí y de cierta edad lo sabíamos de sobra. Por eso, buceando en internet tenía intención de transcribir este texto de 1952, que no refleja más que el pensamiento imperante en la época acerca del tema de los pantalones...



“Ante la extensión cada vez mayor de los pantalones femeninos y ante la importancia que reviste este fenómeno actual, no puede el escritor (quedarse) sin señalar esta anomalía, este absurdo y esta aberración de que una mujer se vista a contrapelo de su naturaleza. Según este proceder, podría aparecer de la noche a la mañana la moda de que los hombres salieran a la calle vestidos de mujer, con falda larga, peineta, rizos, abanicos, pinturas, pendientes, collares, anillos, dijes, ojeras rasgadas..., falda ceñida..., escotes por todos los ángulos... Vistiéndose de hombre, adquirirá la mujer los modos hombrunos..., gestos, palabras, y hasta el tono de voz sonará en bronco, desechando ex-profeso la cuerda de tiple que es su fonética propia” (Daniel Vega. “ Valores espirituales en quiebra”, ed. Studium, Madrid 1952, (pp. 31 y 32), en “Usos amorosos de la posguerra española”, Carmen Martín Gaite ).

También la opinión general sobre la mujer de Escrivá (las mujeres no es necesario que sean sabias, basta que sean discretas) es concordante y coetánea al pensamiento de la Sección Femenina de Falange Española presidida por Pilar Primo de Rivera para quien "Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles". En su modelo, la mujer casada está para servir al hombre, hasta extremos que ni siquiera Escrivá suscribiría: “Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes “ (“La mujer ideal” , de Pilar Primo de Rivera, 1958).

Los propios autores del Opus Dei explican el famoso punto de Camino sobre su contexto histórico, aunque desideologizando el discurso lo plantean como una cuestión de hecho para proteger a la mujer. Así se afirma que el santo contestó en un coloquio en 1972 “Cuando yo escribía eso tenía muy presente el ambiente de la universidad en el mundo. No lo cambio, quedará así (el punto de Camino), pero en este momento os debo una explicación: yo no tuve más que una condiscípula, que era parienta mía, por cierto; era la única que había en la universidad, en la Facultad de Derecho. Y había otra en Medicina […] No se comprendía en aquella época. Yo no he despreciado nunca a la mujer, hubiese sido despreciar a mi madre y a las vuestras y a la Madre de Dios. Yo tengo el concepto más alto de la mujer. Sé que podéis dar la vuelta a todas las criaturas que tenéis alrededor, si sois buenas cristianas y sois alegres, porque talento os lo ha dado muy grande Nuestro Señor. De modo que entiéndelo ahora de otra manera». Y plantea de forma un tanto enrevesada que dado esa situación no podía exigir a las mujeres que iban a la Obra que fueran sabias, igual que él sacrificó su innata tendencia a la cátedra a la fundación del Opus Dei. Y que la discreción, es una forma de sabiduría. (En “Camino. Edición crítico-histórica”. Pedro Rodriguez, Rialp).

Obviamente no explica nada, se justifica. Aunque trate de hacer de la necedad virtud lo que refleja la máxima 946 no es un hecho, sino un prejuicio arraigado. No es necesario recordar que en España hasta 1975 no se reconoció a la mujer casada plena capacidad de obrar y antes dependía enteramente del marido (era como un menor). También que desde el Fuero del Trabajo de 1938 se procuró que abandonara el trabajo cuando se casaba. Y que alcanzaba la mayoría de edad más tarde que el hombre. Y muchas citas más.

Por último, pero igual o más importante, no hay que olvidar la obvia situación de inferioridad de la mujer respecto al hombre dentro de la propia Iglesia Católica. Y no solo en el acceso al sacerdocio. Diferencia que se atribuye a la misma Revelación.

Si algo hubiera que imputarle al santo es quizás haber ido un punto más allá en la sacralización de estas diferencias, de inspiración divina, como el servicio doméstico de las casas de varones a cargo de las numerarias auxiliares. Y haber exacerbado y perpetuado en el tiempo los rasgos tradicionales del papel de la mujer en el matrimonio, sobre todo en el tema cardinal de la reproducción.  Aunque como recuerda Haenobarbo también en este punto de una servidumbre doméstica vocacionalmente religiosa y gratuita “No inventó nada… lo copió de los religiosos” (OpusLibros 25 de julio de 2011) pues tiene un precedente en la organización de las Órdenes religiosas, como los “legos” y “legas” dedicados a labores domésticas dentro de las mismas. Como él mismo afirma “¡¡Escrivá no inventó nada!! A lo sumo consiguió que las mujeres atendieran las casas de varones, aunque bien pensado ya había algún antecedente de eso también entre los religiosos”.

Escrivá es hijo de su tiempo y en muchos aspectos sus enseñanzas han quedado fosilizadas en ese tiempo.

Lo único que cambia es el envoltorio, la presentación, la publicidad. Toda esta entrada palidece comparada con el testimonio de numerosas numerarias auxiliares en YouTube, explicando lo maravilloso de la dedicación a su “familia” que es el Opus Dei. Con un discurso similar, todas cuentan que no son empleadas domésticas, se sienten como madres de familia, las madres de los numerarios. ¿Medio de captación?. ¿Defensa?. Quizás sea una consecuencia del caso de Catherine Tissier. Convence ver a todas estas chicas jóvenes y guapas explicando lo fantástico de su vocación y trabajo mientras escuchan música, toman tranquilamente cerveza sin alcohol en una terraza costera, salen de un centro comercial, pasean por la recepción de un colegio mayor con un chico en bermudas de fondo, van en bici, están delante de un ordenador, comparan su trabajo con “El señor de los Anillos”, toman un avión, etc. Todas vestidas de calle y ninguna trabajando, salvo una en el tiempo que muestra la parte más liviana del mismo. Enhorabuena, Rebeca, Encarni, Marta, Andrea, Rosa, Teresa, etc, y perseverad que los señoritos/as lo merecen. No os puedo felicitar personalmente porque los comentarios están desactivados. Impresiona Marta, de padres supernumerarios: 11 hijos y las ocho niñas numerarias auxiliares. Orgullo de padres.

JaraySedal







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