Frente a quienes ven en las supuestas filtraciones de Don Lucio Vallejo ocultos manejos y conspiraciones contra Francisco Papa o contra la Compañía de Jesús por parte del Opus, que tratan de corroborar con historias pasadas sobre la tradicional enemistad entre ambas instituciones eclesiales o lo bien que estaba el Opus con JP II o Benedicto XVI, parece que se imponen (incluso en los medios impresos) las explicaciones más simples desde la mera ambición frustrada de Don Lucio a su deseo de servir los propios deseos de limpieza y transparencia manifestados por Francisco, pasando por la manipulación de la interfecta.

No hay nada entre lo publicado que perjudique al Papa o a la Compañía de Jesús, o que beneficie al Opus. Al contrario, el primero, y por extensión los jesuitas, sale claramente beneficiado.

No existe fundamento alguno para afirmar que el Opus está detrás de la actuación de Don Lucio.

La explicación conspiranoica no sirve.

El Opus Dei es una institución que persigue fines religiosos, que cree se hacen efectivos a través del propio enaltecimiento y engrandecimiento de la propia organización, para lo cual tanto su crecimiento cuantitativo (tantas veces ponderado) como cualitativo (por la cualidad e influencia de sus miembros) es fundamental. De ahí su afán por ocupar posiciones de poder dentro o fuera de la Iglesia. Todo ello a la mayor gloria del Opus Dei, es decir, de Dios y de su Fundador, cuyo narcisismo trasciende a toda la organización. El Opus Dei existe por y para sí mismo.

Pero el Opus Dei no persigue fines políticos, sociales o económicos concretos. En cuanto institución es banal esta pretensión, pues el Opus es el fin en sí mismo.

Por ello resulta patético el esfuerzo por construir una Historia de la España reciente desde la perspectiva del Opus Dei, como si fuera una fuerza determinante del devenir histórico. Ya no la economía o la lucha de clases, las ideas, la Historia total, o cualquier otra escuela histórica. Lo determinante en cada acontecimiento histórico es la presencia o no en el mismo de miembros del Opus Dei. Este afán lleva a intentar descubrirlos, señalarlos con el dedo, y atribuirles una fuerza determinante en todo lo que pase, a ellos y por extensión al Opus Dei. Se les "saca del armario" contra su voluntad y son objeto de todo tipo de especulaciones, incluso las más absurdas. Así resulta, por ejemplo, que detrás del independentismo catalán estaría el Opus Dei, es esta institución la que lo dirige.