En busca de la alegría.- A plaza
Fecha Friday, 30 October 2015
Tema 040. Después de marcharse


El otro día presencié la siguiente conversación entre dos amigos:

- Tío, ¡tienes que estar contento!

- ¿Contento sin más?

- Y sin menos…

Me quedé pensativa y me pareció un buen consejo, que aproveché para aplicarme yo.

En esas estaba, cuando a modo de pesadilla se me vino a la cabeza algo muy conocido por todos nosotros: La alegría tiene sus raíces en forma de cruz.

¡Qué de años conjugando el binomio alegría- dolor! Y como siempre, poniendo como excusa a Dios, para vivir con una profunda tristeza interior envuelta en una capa de falsa alegría, que en nada se parece a lo que Dios quiere para sus hijos. Y que acaba rompiendo el corazón.

El dolor se puede trasformar en alegría, faltaría más, pero la alegría tiene muchísimas más raíces, que hay que regar.

Sé qué me expongo a parecer frívola pero las raíces de la alegría ahora las percibo de modo diferente. Un regalo, un cafelito con, un viaje, una sorpresa, un dinerito extra, una buena comida, un perrillo, una buena acción, shopping & shopping, un amigo, un amor, un beso , un abrazo, una cerveza fresquita, una canción…

La alegría se encuentra “poniéndose en ocasión”, porque no suele venir sola. Hay que buscar esas situaciones y hacer esas pequeñas cosas de la vida y de cada día que nos hacen estar contentos y felices.

Después de un profundo “psicoanálisis” y con bastante humillación por su resultado he llegado a la conclusión de que mi alegría tiene raíces en forma de ¡¡¡tortitas con nata!!! Solo de pensar en ellas se me dibuja una gran sonrisa en la cara.

Esa maravillosa e involuntaria sonrisa, que esponja el alma y da ganas de vivir.

A. Plaza









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